En Venezuela conseguir una medicina es sinónimo de viacrucis, desde antialérgicos, hasta medicinas para el cáncer, para todas hay que recorrer varias farmacias, llamar a fundaciones que funcionan como banco de medicinas e incluso a acudir a las redes sociales para que si alguien  tiene la medicina y no la usa o sabe dónde conseguirla nos pase el dato. La verdad es que en un país donde conseguir un acetaminofén es una pesadilla enfermarse se ha traducido en una sentencia de muerte.

Según la Federación Farmacéutica Venezolana, la escasez de medicinas se encuentra en 85%. Una cifra que sigue en aumento, pues el aparato productivo del país está completamente detenido, las empresas farmacéuticas necesitan dólares para poder importar los componentes para fabricar las medicinas y el año pasado el gobierno de Nicolás Maduro entregó menos de la mitad de las divisas a la industria farmacéutica para realizar la importación de la materia prima.

están muriendo venezolanos que no consiguen pastillas para la tensión

Más lamentable aún es el hecho de que a pesar de la gravedad del problema, de que ya están muriendo venezolanos que no consiguen pastillas para la tensión, insulina, o tratamientos para cáncer y VIH, la dictadura sigue atacando a las consecuencias, enfocándose en la distribución, cuando es evidente que su mala gestión y el deterioro del aparato productivo del país son las principales causas de la escasez de medicinas.

Es por ello que las declaraciones del exministro de Salud y actual director de la Escuela de Medicina Salvador Allende, Henry Ventura, trata de defender la revolución al decir que la escasez de medicinas es inducida por las industrias farmacéuticas, no es más que una burla más al dolor de un pueblo venezolano, que desgasta sus zapatos y entierra a familiares por culpa de la indolencia de un régimen incapaz al que Venezuela le ha quedado muy grande.

Más desgarradora es esta tragedia, cuando recordamos que nuestra hermana Lilian Tintori, en una gira que hizo por varios países hermanos recaudó toneladas de comida y medicinas a la que la dictadura les prohíbe la entrada al país, Venezuela atraviesa una crisis humanitaria, la más grave de su historia y la terquedad de Nicolás está costando la vida a muchos venezolanos.

Pero a pesar de que atravesamos momentos muy críticos y oscuros no podemos permitir que la desesperanza invada nuestros corazones, porque como ya les he dicho, siempre se hace más oscuro justo antes del amanecer y estoy seguro de que ya está muy cerca el nuevo renacer de nuestro país y empezaremos a disfrutar de la mejor Venezuela.




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