Salario
Los enfermeros han protestado en reiteradas ocasiones para exigir un salario digno. Foto: Dayrí Blanco (Archivo)

Claudia Velasco tiene 15 años trabajando en la Ciudad Hospitalaria Dr. Enrique Tejera y los últimos tres la precariedad de su salario se evidencia con solo verla. Trabaja con zapatos rotos y uniformes desgastados porque lo que cobra al mes no le alcanza ni para comer bien.

Ella es enfermera y sigue asistiendo al centro de salud más importante de la región central del país porque sabe de las necesidades de los pacientes que llegan al lugar, pero eso no le impide alzar su voz de protesta para exigir un mejor sueldo.

Mostrando el hueco que tiene en las suelas de sus zapatos y caminando con bolsas plásticas en sus pies para no mojarlos con la lluvia, se le vio en las puertas de la CHET manifestando con un grupo de compañeros que tiene sus mismas solicitudes.

Tiene tres hijos estudiantes y entre su esposo, su madre de 91 años y ella, hacen todo lo posible por al menos conseguir el sustento del día a día. “No comemos carne, no comemos pollo”.

Ella vive en Guacara y tiene que abordar cuatro unidades de transporte público diariamente para ir y regresar del trabajo. “Agarro un bus hasta la Branger, de ahí camino hasta la Lara y me subo en otra camionetica hasta aquí. Para devolverme es lo mismo”.

Son cuatro bolívares diarios, que se traducen en un dólar, los que gasta, mientras que su salario al mes no supera los 10 dólares. “Tengo que sacar de mi bolsillo para venir a trabajar”.

Sin insumos

Pero el pasaje no es lo único que financia Claudia en su labor diaria en la CHET. También compra sus propios tapabocas, alcohol y batas. “Aquí no nos dan nada. No hay dotación de ningún tipo de implemento de protección”.

Su situación no es inédita. Oscar Bermúdez trabaja en el Hospital Central de Valencia desde 2005 y no tiene claro su cargo.

“Hago de todo. Soy camillero, pasillero y mensajero”. Antes, había quien cumpliera con cada labor, pero el déficit de personal ha provocado que los pocos que quedan se desempeñen en múltiples tareas.

A él tampoco le alcanza el sueldo. “En 2005, con mis utilidades alcanzó para pasar unas navidades tranquilas, este año solo me pagaron dos dólares. Eso no es justo”.

Hizo un llamado a las autoridades nacionales y regionales para que ajusten el salario a la realidad que deben enfrentar para sobrevivir.

Desde el Colegio de Enfermería de Carabobo se ha solicitado un sueldo mensual de al menos 300 dólares mensuales. También se ha advertido de un déficit de personal que supera el 60 %.




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