En la Unidad Educativa Luisa Jiménez de Calderón, ubicada en Viboral, al norte de Maturín, registran a 84 estudiantes con malnutrición. La cifra representa 9 % de la matrícula que es de 872 alumnos, reseñó El Pitazo.
En promedio, se trata de tres casos por salón. La escuela tiene dos secciones por grado, desde preescolar hasta quinto año de ciclo diversificado, y pertenece a la zona rural de la parroquia Boquerón, una de las más grandes de la capital monaguense.
La coordinadora del Servicio Nacional de Alimentación Escolar (Senae) del plantel, Denys Mora, explicó que procesan una estadística con el peso y la talla para luego ir hasta el Instituto Nacional de Nutrición en busca de ayuda, pues la idea es evitar que los niños y adolescentes caigan en un cuadro de desnutrición.
Entre los casos, se encuentra un joven de quinto año que pesa 37 kilos y mide 1,55 metros, cuando según estándares médicos debería estar entre los 43 y 58 kilos. Está otro de primer año que solo pesa 28 kilos y otro de 13 años que mide 1,52 metros y pesa 36 kilogramos. “Allí te das cuenta de lo que ocurre”, agrega la docente preocupada por el cuadro de los alumnos.
En la institución hacen un esfuerzo sobrehumano para alimentar a toda la matrícula , pues la comida del Senae no llega completa. Mora explicó que, de 60 rubros que trae la guía de productos, solo llegaron seis esta semana: patilla, naranja, repollo, zanahoria, tomate y papa. Adicional, recibieron carne que han tenido que rendirla para que todos se alimenten.
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