La teoría del vacío físico en uno de sus enunciados nos alerta que todo espacio vacante tiende de forma natural a ser llenado. Este hecho estará presente y seguirá sin cambio hasta el momento de la transición definitiva del régimen que preside Maduro. Sabemos de antemano que la palabra transición no aparece por ninguna parte en la Constitución Nacional, pero ello no es óbice para que de  mutuo acuerdo se tome este camino que puede salvar la vida de cientos de jóvenes venezolanos. La transición supone una especie de etapa no permanente entre dos estados durante el cambio de un sistema por otro.

De antemano sabemos que los hechos no se repiten invariablemente en la historia. Solo podemos concebir y conseguir semejanzas y algunas orientaciones que nos sirvan como referencia exclusivamente. Por ejemplo, lo que fue y representó Hugo Chávez y lo que hoy encarna el anodino y rústico Nicolás Maduro, entre uno y otro hay una distancia abismal.

La dictadura madurista cuelga de un punto de apoyo: las armas venenosas sostenidas por las manos delictivas de algunos militares, algunos, repito. Pervertidos oficiales deslumbrados por la riqueza para el boato, para la suntuosidad de ellos y sus familiares, toman las Glock para asesinar estudiantes indefensos. Un gobierno que en su desmembración no solo perdió el respaldo del pueblo sino también la simpatía de la militancia del chavismo y de un importante número de sus dirigentes políticos.

Tanto es así que la última encuesta de la empresa Datanálisis finalizada la primera semana de este mes de junio presenta un rechazo hacia el régimen de  87%. Pero lo más importante de destacar es que 66% de los que se identificaron como chavistas revelaron su desaprobación a la Constituyente y a la destructora gestión del gobierno nacional.

Hasta hace pocas semanas parecía improbable que una alta funcionaria como   la Fiscal General de la República se ajustara a la ley y tomara en sus manos la defensa de la Constitución que Maduro en su terror por no sucumbir decidió acribillar.

La Constituyente junto con la subestimación del valor del venezolano, el paralelismo con principios abstractos como: la libertad, la democracia, la dignidad, por supuesto, la carencia de alimentos, medicinas, la inseguridad, la inflación, la corrupción, el narcotráfico…han internado a Maduro en un agujero negro donde no tiene probabilidades de reflotar.

Es importante destacar que por primera vez manifiestan en las calles  dirigentes como Nicmer Evans y un grupo de militantes y también dirigentes de Marea Socialista. Son estos, hoy por hoy,los genuinos representantes del chavismo puro. Luisa Ortega Díaz con toda seguridad no retornará al grupo pútrido del presidente y del capitán Cabello. Conjuntamente, los generales Rodríguez Torres, su colega Clíver Alcalá Cordones y otros oficiales coinciden en esta postura. Todos ellos marcaron distancia con la dictadura que arrasó con lo que hasta hace poco fue una musculosa fuerza política, el Psuv.

Se comenta con furor la probabilidad de que se dé un acuerdo político entre los que representan ese chavismo puro y las fuerzas democráticas del país con la idea de que a través de un proceso de transición buscar los caminos para restablecer la democracia y echar a andar el país.

 

 

 

 

 

 




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