Uso de mascarilla. (Foto referencial)

La venta de mascarillas se ha disparado en España. Su demanda creció la semana pasada un 8 mil % con respecto a la misma fecha de 2019, según la Federación de Distribuidores Farmacéuticos (Fedifar).

Todavía no hay datos de esta, pero la patronal da por hecho que se habrá multiplicado, tomando en cuenta las noticias del brote de Covid-19 en Italia o el llamamiento de la Organización Mundial de la Salud a que el mundo se prepare para una “potencial pandemia”.

Las más vendidas, sin embargo, están pensadas para evitar que una persona enferma contagie, no para proteger a una sana.

Cada día las peticiones eran de unas 80 mil mascarillas entre las farmacias españolas y solo les llegaban entre 8.000 y 10.000.

“No podemos hablar de desabastecimiento porque las empresas siguen fabricando y suministrando, pero no al ritmo que pide el mercado. Es normal: ningún producto soporta un aumento de la demanda semejante”, aseguró un portavoz de Fedifar.

Los datos de venta de mascarillas van progresivamente ascendiendo desde que comenzaron a surgir noticias del coronavirus. La última semana de enero se vendieron un 730% más que la misma del año pasado, según la consultora Health Market Research.

Las más despachadas son la mascarilla quirúrgica Aposán y la 3M Nexcare C101. Esta última pasó de costar de media 6,3 euros (un paquete de cinco) en diciembre 2019 a 9,3 en enero 2020, es decir, una subida de casi un 50%, con datos que todavía no tienen en cuenta el pico de demanda actual.

¿Es este tipo de mascarillas útil para protegerse del coronavirus? La respuesta es no. Las mascarillas quirúrgicas son útiles para evitar que quien padece alguna infección la contagie, ya que atrapan las gotículas de saliva de la respiración, la tos o los estornudos. Por esa razón en algunos lugares de China es obligatorio ir con ellas por la calle: al haber muchos contagiados, algunos de ellos sin ni siquiera saberlo, resulta una medida preventiva útil. Pero no sirven de nada si lo que busca una persona sana es protegerse.

Existe otras mascarillas, las de tipo FPP2, que cuentan con un filtro que impide el paso de partículas de 0,3 micras o mayores. Estas son las que recomienda el Ministerio de Sanidad para el contacto de familiares con personas bajo estudio, por ejemplo.

Las autoridades sanitarias no están recomendando el uso de mascarillas y hacen hincapié en medidas mucho más efectivas, como un cuidadoso lavado de manos con agua y jabón. Las soluciones desinfectantes son también una opción y su demanda también se ha disparado: un 700% la semana pasada, según Fedifar. Macarena Pérez, de la asociación Iniciativa Farmacéutica, explica que con este producto las farmacias van por el mismo camino que las mascarillas, que les llegan “con cuentagotas”, en el mejor de los casos.

En Milán, la Fiscalía está investigando la compra masiva de estos productos para venderlos a precios desorbitados en Internet, según ha publicado Il Corriere della Sera. Las multas para estas conductas pueden ir de los 516 a los 25.822 euros. EFE




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