Ignacio Echeverría, de 39 años y que trabaja en la City, todavía no ha podido ser localizado por su familia y amigos. (ABC)

Un español residente en Londres, Ignacio Echeverría, de 39 años, se encuentra desaparecido, según reportaron este domingo sus familiares.

El sábado por la noche regresaba a casa en bicicleta, tras patinar en un parque con dos amigos, cuando vieron cómo un hombre apuñalaba con saña a una mujer junto al London Bridge.

Primero pensaron que se trataba de una pelea, pero enseguida se percataron de que era un atentado cuando vieron al terrorista atacar a un policía.

Echeverría, que trabaja en la City desde 2016, «cogió el único objeto contundente que llevaba en su bicicleta, un monopatín, y agredió con él a uno de los asesinos», según explicó un familiar a ABC.

La última vez que lo vieron estaba tendido en la acera. Desde entonces no saben nada de él.

Familiares y amigos acudieron a varios hospitales, contactaron con la Policía británica y con el consulado español. Sin éxito. Las autoridades españolas les han manifestado que «no se encuentra entre las siete víctimas mortales».

Su entorno cree que probablemente iba indocumentado, ya que había salido solo a hacer deporte. Echeverría, vecino de Las Rozas (Madrid), mide 1,75, pesa unos 85 kilos y la noche de la matanza yihadista iba vestido con pantalones vaqueros, zapatillas negras y un jersey oscuro.

Otro español fue hospitalizado aunque sus heridas no revisten gravedad, confirmó un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores que pudo conversar con él.

Siete muertos y 48 heridos, 21 en situación crítica, es el balance del tercer atentado yihadista en el Reino Unido en menos de tres meses. Entre las víctimas mortales hay un francés y un canadiense, según confirmaron autoridades de ambos países. Más los tres terroristas abatidos.

En su intento de frenar la barbarie, ocurrida en una zona de ocio, varios policías resultaron heridos y su valentía fue ensalzada tanto por políticos como por sus superiores. Es el caso de un miembro de la Policía del Transporte que se enfrentó a los tres terroristas solo con una porra en la entrada de la estación de London Bridge. «Era un agente que se unió a nosotros hace menos de dos años, la valentía que mostró estaba fuera de lo común y me hace sentir muy orgulloso», expresó el comisario jefe de la Policía de Transporte, Paul Crowther. El agente, uno de los primeros en hacer frente a los asesinos, se encontraba este domingo estable tras recibir puñaladas en cara, cabeza y piernas.

Otro de los primeros en llegar al escenario de la matanza fue un agente de Scotland Yard que estaba fuera de servicio. Jugador de rugby, tenía heridas graves después de enfrentarse a uno de los terroristas, aunque tampoco se temía por su vida. Hubo otros heridos entre las fuerzas de seguridad, que tardaron ocho minutos en abatir a los asesinos con 50 disparos. Uno de ellos alcanzó accidentalmente a un civil.

Cuatro franceses y dos australianos

Al menos cuatro franceses resultaron heridos, uno de ellos grave, según informó el ministro de Exteriores galo, Jean-Yves Le Drian. Dos australianos también se vieron afectados. Se trata de Candice Hedge, nacida en Brisbane hace 34 años, y su novio, Luke, que trabajaban en un local del Borough Market.

Candice acababa de terminar su turno de camarera en el café Elliot’s y estaba tomando una copa en el bar mientras esperaba a su novio cuando le asestaron por detrás una puñalada en el cuello. Operada de urgencia en St Thomas Hospital, al día siguiente no podía hablar pero su vida no corría peligro.

Una española pasa la noche en una iglesia 

María Bonet Otaño, madrileña de 19 años, se encontraba anoche en los aledaños del Borouhg Market, uno de los escenarios de los ataques terroristas que se registraron en Londres, cuando, tras escuchar un tiroteo, empezó a correr y pudo refugiarse en una iglesia en la que ha pasado toda la noche.

Sobre las 22.00 horas, María y una amiga francesa salieron de la estación de metro de London Bridge y cuando llegaron frente al mercado vieron a varias personas tumbadas en el suelo, pero en ese momento no pensaron que podía ser un atentado porque la gente de alrededor seguía caminando con normalidad, ha contado a Efe.

La española, que vive desde hace dos meses en Reino Unido donde trabaja de «aupair», fue consciente de que algo estaba pasando unos minutos después cuando vio llorar a una chica que pasaba cerca de los cuerpos tumbados y les dijo que «estaban ensangrentados». En ese momento, según ha relatado, oyó un tiroteo y, junto con su amiga, comenzó a correr hasta una iglesia cercana en la que entraron para protegerse y donde fueron acogidas por un grupo de feligreses.

Desde allí podían ver cómo las calles estaban cortadas con coches de policía y de bomberos, así como la salida de la iglesia que estaba «taponada» con unos cubos de basura. La policía acudió en varias ocasiones a la iglesia pero no dejó salir a nadie. María y su amiga han permanecido dentro hasta las ocho horas de esta mañana y durante toda la noche han sido informadas de lo sucedido a través de los mensajes de amigos y familiares.

«¿Tengo miedo?: si, pero tampoco me voy a encerrar en casa», asegura la joven madrileña, quien tiene pensado permanecer en Londres hasta el mes de agosto cuando regresará a España para comenzar sus estudios universitarios de Comunicación Audiovisual y Periodismo. (ABC/EFE)




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