Las protestas antigubernamentales acabaron con centenares de muertos y más de 20.000 detenciones. (Cortesía)

El Parlamento de Etiopía aprobó hoy levantar el estado de excepción declarado en octubre de 2016 a causa de protestas antigubernamentales que se acabaron con centenares de muertos y más de 20.000 detenciones.

Pese a que en un principio se aplicó para un período de seis meses, el Parlamento decidió extender el estado de emergencia durante cuatro meses más, aunque suprimió ciertas restricciones a petición del primer ministro, Hailemariam Desalegn, que consideró entonces que la seguridad había sido restablecida en el país.

Previamente a la votación que tuvo lugar hoy, el ministro de Defensa y supervisor del estado de excepción, Siraj Fegesa, presentó un informe en el que aseguró que las medidas tomadas habían conseguido devolver la estabilidad a Etiopía.

Mientras que el Ejecutivo asegura que el programa de rehabilitación para los detenidos por las manifestaciones se basaba en cursillos sobre la Constitución y en programas laborales, los detenidos denunciaron casos de tortura y condiciones insalubres en los recintos militares en los que se encontraban retenidos.

El Gobierno declaró el estado de excepción tras diversas protestas en las regiones de Oromia y Amhara -donde residen dos de los principales grupos étnicos de Etiopía- durante el festival Irrecha (el Día de Acción de Gracias del pueblo Oromo), celebrado el 2 de octubre.

Las protestas contra la Administración de Desalegn en Etiopía comenzaron en noviembre de 2015, aunque no fue hasta el episodio de octubre de 2016 en Oromia y en los alrededores de la capital, Adis Abeba, cuando el Ejecutivo decidió declarar el estado de excepción ante las «extraordinarias amenazas a la seguridad».

En la ola de protestas registradas en 2016, al menos 800 personas murieron en el país africano, según datos de Amnistía Internacional.

El régimen etíope afronta un movimiento de contestación antigubernamental sin precedentes en los últimos años, al que además de la etnia oromo se han sumado los amara, el segundo grupo mayoritario, que también se consideran marginados por el Gobierno.

La sesión parlamentaria de esta mañana también sirvió para aprobar el nombramiento de tres ministros.

Kebede Chane se convirtió en ministro de Asuntos de Desarrollo Federales y Pastorales; Tilaye Gete consiguió la cartera de Educación, mientras que Moges Balcha fue designado director de la Autoridad Aduanera y Fiscal de Etiopía, aunque con atribuciones ministeriales.




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