Lo peligroso de los sesgos cognitivos es que fácilmente los reconocemos cuando actúan en los demás, pero no en nosotros mismos”

Richard Thaler.

Para Richard Thaler, la Economía toma de la Física su método de abordaje para los fenómenos y de allí la importancia que esta ciencia social adquiere en el ámbito científico, pues de su desempeño depende la estabilidad de la sociedad, el ejercicio del poder y la conducta del individuo, este año coincide con un rebrote económico luego de que el país perdiera 75% de su Producto Interno Bruto ( PIB), hecho este que no se explica por un suceso bélico o una catástrofe natural, las causas en el caso de la miniaturización en el país residen en el ejercicio absolutamente torpe de una hegemonía instalada en el poder, no obstante el país vivió cuarenta siete meses de hiperinflación, una antigualla para la cual no estábamos preparados y que de acuerdo al prólogo de la obra de Phillip Haslam y Rosell Lamberti, intitulada “Cuando el dinero destruye las Naciones”, el caso particular de la hiperinflación venezolana es más lesivas y dañina que las vividas por la africana Zimbabue, no obstante este año hay un rebote, una recuperación acotada en los sectores del comercio y de los servicios, que no incorpora por desgracia a los sectores Construcción, Manufactura e Industria y por ende no es simétrica y menos justa.

Desde el mes de Abril hemos visto una amenaza relacionada con un rebrote de inflación, el cual nos hace a todos ajustar la conducta para resguardarnos de esta realidad, pues es menester escribir y hablar bien para luego pensar correctamente, entonces es menester recordarle al lector que la odiada moneda norteamericana, el dólar criminal ha desplazado al bolívar, reeditando el atavismo escolástico propuesto por Nicolás de Oresme, es decir el bolívar es una moneda absolutamente repudiable, entonces adelantar cualquier pronóstico, sería profesionalmente indebido y hasta irresponsable, la meta de inflación 100%, que se impuso el Banco Central de Venezuela luce cada vez más compleja de lograr, sin embargo siempre existe la estratagema de morigerar estadísticamente los reportes de la inflación, en la lógica del régimen esconder el problema supone su negación.

Agosto teñido de negro o tal vez de rojo revolución demostró que la praxis implementada por el Banco Central de Venezuela es insostenible, costosa y requiere una coordinación de los objetivos de la política monetaria que no le son afines al régimen, en ese mes las presiones frente a los pasivos laborales y el pago de proveedores en bolívares, causaron un salto de 44% en el tipo de cambio, el cual es un objetivo operativo para encontrar estabilidad de precios, en un país cuyo salario promedio es de 126 dólares, en el sector privado y más de la mitad de la población devenga solo 100 dólares al mes, frente a la conducta de la canasta de subsistencia que la ubican en un valor de más de 400 dólares y la integral decuplica esta realidad, desde luego que somos una sociedad fracturada y absolutamente desigual, el salario del sector público es insuficiente pero en sí mismo ocho veces inferior al del sector privado, este último desalarizado y por ende sin ninguna responsabilidad en el pico de depreciación y de la subida de precios.

Este antepenúltimo cuatrimestre del año demostró que Venezuela no se está arreglando, que el pago en bolívares por medios electrónicos no es el logro de una política de reversión fiduciaria al bolívar sino la consecuencia de un torpe e inviable impuesto al empleo de divisas, que genera incumplimientos de forma y fondo, formales y materiales en un país que emplea dos monedas en los estados centrales, que apela al peso colombiano en la frontera y ha llegado a cambiar pepitas de oro como instrumento de pago, de allí se desprende que la política económica del régimen es primitiva, propagandística y absolutamente aviesa.

De nuevo es necesario insistir que el Banco Central de Venezuela, es una institución expoliada de autonomía e independencia, por ende, incapaz de embridar confianza sobre todo en estos momentos en los cuales se requiere de coherencia y de sostenibilidad, el precio de la moneda se encuentra artificialmente sobrevalorado, pero es absolutamente indecible determinar los efectos sociales que provocaría el empleo del tipo de cambio de equilibrio, para una población con 90% de pobreza.

La entelequia es inmanente al chavismo, opuestos a los Estados Unidos, usan su moneda, en una economía que vuelve a quedar seca de bolívares, los agregados monetarios que aun existen en el país ya fueron esterilizados, no por mecanismos de mercado abierto, sino por el repudio a la moneda y la procura de activos más seguros. Nuestro último cuatrimestre se encuentra signado por la sombra de los pagos de pasivos a un sector público en miseria menguante, además de las presiones que se derivan de las importaciones propias de esta fecha.

En fin el cuarto trimestre, tendrá dos obstáculos el pago de los bonos de fin de año a seis millones de empleados públicos, que viven en inopia y las importaciones propias de la fecha, el ciclo político no les permite asumir el costo de las suelas de zapatos, de las protestas en la calle que aún se mantienen frente a un adefesio como el instructivo ONAPRE, mismo que ha sido desconocido por el régimen, pero que bajo su caprichosa manera de cálculo se sigue aplicando a las maquetas de nómina, sortear esos factores son esenciales para el régimen, desde luego se seguirá creciendo a un ritmo menor y puede maquillarse tanto los INPC, que redunden en una contracción del calculo de la inflación al 100%, como un logro plausible, sin embargo es necesario recordar que el Padre ideológico y político de Maduro y de otros socios políticos, el difunto Chávez fustigaba la inflación vivida durante el gobierno del Dr. Rafael Caldera de 100%, como una elegia a la iniquidad de la perversa cuarta republica supongo que en esta Venezuela de morales móviles, existirán inflaciones revolucionarias y heroicas y otras censurables, como también existen golpes de estado buenos y abusos potables a la institucionalidad deforme que han impuesto.

La Economía del comportamiento difiere de la economía al utilizar supuestos más complejos para modelar a las personas y de la psicología al mantener su enfoque en las instituciones y los contextos en los que se tomas las decisiones”

Sendhil Mullainathan.




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