Un descenso del 84% con respecto al año 2020 y del 45% en relación al 2021 se ha registrado en el campus Bárbula de la Universidad de Carabobo en cuanto a eventos de inseguridad, lo cual brinda una gran tranquilidad a la comunidad universitaria.
El vicerrector administrativo del alma máter, José Ángel Ferreira, al informar sobre el particular, expresó que éste ha sido el mejor año desde que se suscribió el convenio con el Ministerio del Interior, Justicia y Paz.
El docente agradeció el trabajo que ha desempeñado la Policía de Carabobo a cargo del comisionado Ruber Peña, bajo la dirección del G/D Luis Bustamante Pernía, comandante de la Zodi Carabobo, ejecutado por la Policía del estado bajo la responsabilidad del secretario de Seguridad Ciudadana Jesús París y del gobernador Rafael Lacava.
Dijo que se cumplen diez años del convenio institucional que la Universidad de Carabobo suscribió con el Ministerio del Interior, Justicia y Paz y, pese a algunas interrupciones, se ha mantenido en el tiempo, resaltando la sinergia y la integración de la universidad con el apoyo de los cuerpos de seguridad del Estado.
Apuntó que esta presencia ha sido validada por dos consultas realizadas públicamente a toda la comunidad universitaria en 2012 y ratificada en 2017.
Resaltó Ferreira que Pipsuc (Dirección de Prevención de Incendios, Protección y Seguridad de la Universidad de Carabobo) es una dependencia que nunca se detiene, lo cual se evidenció durante la pandemia, a pesar de todas las dificultades de transporte y logística que tuvo Venezuela.
Apuntó que los trabajadores nunca se abandonaron sus puestos, a pesar de que fueron afectados en cuanto a cantidad de personal. La dirección siempre ha estado activa y se mantiene prestando servicio los 365 días del año, las 24 horas del día, con los naturales problemas que ha producido la diáspora laboral en la institución.
Labor intensa y constante
El director de Pispsuc, José Luis Antón, señaló que en el campus Bárbula se cuenta con el Dispositivo de Seguridad Universitaria, dirigido por el comisionado Ruber Peña, y se ha hecho un notable trabajo detallado, con recorridos y múltiples informes diarios de sus actividades, lo cual reforzado con la comunicación radiofónica permanente con Pipsuc, la vigilancia diurna y nocturna, los puntos de control, ha permitido controlar mejor los eventos delictivos junto al patrullaje y la presencia motorizada.
Refirió que una de las zonas más sensibles de seguridad era el área de los pabellones de Ciencias de la Salud (zona 2), y ahora gracias a las remodelaciones que está ejecutando la gobernación y la consecuente vigilancia directa y continua que recibe ese proceso por parte de la policía, se ha convertido en una zona más segura del campus Bárbula.
Adicionalmente, se genera un reporte diario de asistencia del personal Pipsuc que llega a todas las autoridades universitarias así como las instancias de control interno tanto de Recursos Humanos como de la coordinación de Pipsuc. “La información es la base de la seguridad”, aseguró Antón.
Como muestra de la efectividad de la vigilancia policial, en la más reciente acción del dispositivo, fueron capturadas cuatro personas en dos hechos sucedidos en la tarde del pasado martes 31 de mayo.
En el primer caso, tres adolescentes rompieron los vidrios de una ventana del edificio de Ciencias Biomédicas al cual uno de ellos había comenzado a ingresar, al momento de ser aprehendidos; luego de lo cual fueron puestos a la orden de la Fiscalía en competencia de Adolescentes.
El segundo hecho ocurrió en el edificio de la Escuela de Bioanálisis, donde un sujeto mayor de edad fue detenido in fraganti sustrayendo un estante que ya había desarmado. Igualmente, fue trasladado a la sede del Dispositivo Único de Seguridad Universidad de Carabobo.
Déficit de vigilantes
Antón expresó que hace cuatro años la nómina de vigilantes era de 400 funcionarios, lo cual permitía tener personal cubriendo los diferentes puntos de seguridad en cada una de las zonas de la Universidad.
“Hoy en día contamos con 120 oficiales que deben ser distribuidos en los distintos espacios del campus Bárbula, campus La Morita, Rectorado y demás dependencias; y la mayor parte de son de carácter rotativo, lo cual se reduce a un grupo efectivo de 30 oficiales por día para ser distribuidos en toda la universidad”.
Comentó que afortunadamente se ha contado con ayuda de vecinos, donaciones institucionales y de organismos como Insalud (Carabobo) y Corposalud (Aragua), apoyos estudiantiles, padres y representantes, en el reforzamiento de la prevención y seguridad de los activos tanto del campus Bárbula como de La Morita.
“Tenemos un déficit muy grande de oficiales y de momento no hay posibilidad de contratación de nuevo personal, aun teniendo vacantes, pero están cumpliendo su función con el apoyo y la integración de la Policía de Carabobo.
Ferreira subrayó que el proceso de seguridad universitaria se sustenta sobre cuatro partes: la primera es la seguridad interna de la universidad, la cual tiene problemas de personal y de presupuesto, pero está cumpliendo su rol.
La segunda es la actitud de la comunidad propiamente dicha, proceso en el cual todos debemos contribuir. La tercera es la infraestructura física, que se va logrando paulatinamente con medidas y mejoras que contribuyen a garantizar la seguridad de cada sector.
Y la cuarta es el apoyo institucional de los organismos de seguridad del Estado, el cual ha sido vital gracias al cual hemos tenido durante los mandatos de los distintos gobernadores y jefaturas del Core2, Redi y Zodi respectivamente, y se ha hecho un esfuerzo institucional para mantenerlo.
Con nota de prensa
