Arrastrar o cargar peso de manera seguida puede ocasionar molestias y representa un riesgo para la salud. Bien sea por razones de trabajo, deportivas, domésticas o de otra índole, cuando se suele levantar objetos durante la rutina diaria, es importante aprender a minimizar sus posibles consecuencias como el dolor y las lesiones musculares, aplicando las técnicas correctas para trasladar el sobrepeso.
Agacharse, flexionando las rodillas con la espalda erguida, es la manera más adecuada para tomar el objeto a levantar e incorporarse, manteniendo la columna en posición vertical. También es conveniente “abrazar” el objeto, lo más cerca posible del pecho. Y si se trata de paquetes o bolsas, es recomendable, distribuir la carga por igual entre ambos brazos, sugirió María Paz De Andrade, médico internista.
Ocurre que las personas cometen errores comunes al momento de tomar algo de una superficie para moverlo. Muchas veces se tiende a inclinar el tronco hacia adelante o a girarlo cuando se carga el objeto para depositarlo en un sitio, mientras se mantienen los pies pegados al suelo. Por la presión en las rodillas, suele producirse lesiones en sus ligamentos.
Imprudencias de este tipo, de acuerdo con la especialista, pueden contribuir a desarrollar contracturas que se manifiestan, al inicio, como un lumbago. Y si la persona continúa realizando movimientos incorrectos puede desarrollar lesiones más serias como las hernias discales o lesiones en los cartílagos de las articulaciones entre las vértebras. Situación que puede originar artrosis de la columna vertebral, conocida como espondiloartrosis.
“La sobrecarga afecta a la columna lumbar, la cadera y las rodillas. Estructuras que brindan soporte al cuerpo, pero no están diseñadas para cargar un peso excesivo”, precisó la doctora María Paz De Andrade.
Estas estructuras pueden sufrir del dolor mecánico, cuya aparición se relaciona con la actividad física. Este tipo de molestias aparece al realizar un esfuerzo o ejecutar movimientos repetitivos adoptando una mala postura. Incluso, al mantener una postura correcta por un tiempo prolongado.
Este malestar se relaciona con una sobrecarga en un músculo, ligamento, tendón o articulación, el cual dura pocos días y suele desaparecer cuando es tratado de forma adecuada. Y hay que diferenciarlo del dolor inflamatorio, cuyo mecanismo es distinto, debido a que se encuentran involucrados procesos relacionados con el sistema inmune.
“Algo característico del dolor inflamatorio es que va acompañado de rigidez, sensación que puede durar hasta una hora luego de levantarse. Se manifiesta como un aumento de tamaño de las articulaciones por acumulación de líquido en su interior, así como enrojecimiento y calor”, manifestó De Andrade.
Acudir al especialista
El dolor es una forma en que el cuerpo nos avisa que algo no está bien. Cuando ocurre una lesión, se debe prestar atención a las características, para así poder identificar su origen. Cuando es muy intenso, suele presentarse con otros síntomas como cambios en la sensibilidad, pérdida de la capacidad de realizar movimiento, aparición de tumoraciones o deformidad. Se requiere una evaluación inmediata por parte de un especialista.
En el caso del dolor agudo, que no origina cambios en la forma de la estructura lesionada ni limitaciones, puede aliviarse con reposo, aplicación de hielo local, elevación de la parte afectada y uso de analgésicos, a base paracetamol o acetaminofén. Constituyen el primer peldaño en la escalera analgésica propuesta por la Organización Mundial para la Salud para el tratamiento de este tipo de dolencia por ser potente e inocuo.
