Foto referencial (EFE)
El presidente de Bolivia, Evo Morales, llamó a la oposición a instalar una mesa de diálogo en busca de la pacificación del país, tras la sublevación de la Policía boliviana que ha desatado la peor crisis en sus más de trece años en el poder.

En una comparecencia en la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, Morales convocó al diálogo a los partidos que lograron representación parlamentaria en las elecciones del 20 de octubre, que la oposición y comités cívicos denuncian que fueron fraudulentas y han motivado las movilizaciones a favor y contra el presidente.

EL DIÁLOGO

Morales explicó que el objetivo del diálogo «es preservar la vida» y «buscar la unidad», con una «agenda abierta a debatir para pacificar Bolivia», tras más de dos semanas de protestas que ya dejan tres muertos y unos cien detenidos.

La invitación es para las fuerzas políticas que alcanzaron representación en las pasadas elecciones, como el gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) de Morales, proclamado vencedor por el órgano electoral, y los opositores Comunidad Ciudadana, el Partido Demócrata Cristiano y Bolivia Dice No.

«Esperamos ser escuchados», dijo Morales, quien invitó a organismos como Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos (OEA), al papa Francisco y a «países de cualquier parte del mundo», a acompañar este diálogo.

En respuesta a la propuesta de Morales, el expresidente Carlos Mesa (2003-2005) dijo en una entrevista con Efe que la vía del diálogo ya se agotó.

«Es muy sugerente, muy sorprendente que quien va a proponer un diálogo comience por acusar a aquellos a los que quiere convocar a un diálogo de estar llevando adelante un golpe de Estado. La lógica sería un espacio de reflexión y una propuesta positiva», advirtió.

Mesa reiteró que «tal golpe de Estado ni está en marcha ni existe. Lo que estamos viviendo es una movilización popular, democrática, (…) que plantea la defensa del voto y la recuperación de la democracia».

LA POLICÍA SE REVELA

Policías de La Paz se replegaron este sábado a una unidad de esa fuerza cercana a la plaza Murillo, donde se encuentran las sedes del Gobierno y el Legislativo bolivianos, un día después de que uniformados en varias regiones se amotinaran.

Canales de televisión mostraron a numerosos policías llegando a la sede de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP), en cuya puerta fue colocada una bandera boliviana.

Los jefes policiales en regiones como Cochabamba, en el centro del país, y Santa Cruz, en el oeste, fueron relevados en las últimas horas, en el caso de la región cruceña tras difundirse imágenes de policías enfrentándose verbalmente en un cuartel al comandante departamental ahora relevado, Igot Echegaray.

Morales instó este sábado a los policías amotinados a cumplir con la Constitución, «es su misión», para garantizar la seguridad ciudadana.

Por su parte, las Fuerzas Armadas de Bolivia ratificaron «que nunca» se enfrentarán al pueblo y «siempre» velarán «por la paz».

SE AGUDIZA LA PROTESTA

La casa del gobernador de Oruro, Víctor Hugo Vásquez, del oficialista MAS, fue incendiada presuntamente por manifestantes opositores a Morales.

Además, una caravana de autobuses que se dirigía a La Paz en apoyo a marchas contra el presidente Morales fue atacada en una carretera de la zona andina del país, en un incidente con un número indeterminado de heridos.

Los autobuses procedían de las regiones de Potosí y Chuquisaca, en el oeste y sur del país, y sufrieron un ataque tras haber partido hacia La Paz en la mañana hora local después de detenerse por la noche en la ciudad andina de Oruro.

Asimismo, medios de comunicación estatales sufrieron este sábado actos de hostigamiento por parte de manifestantes en ciudades como La Paz, que afectaron a miembros de la Defensoría del Pueblo cuando acudieron a mediar.

La sede de la televisión estatal Bolivia TV y de la cadena de radio Patria Nueva en el centro de La Paz fue objeto de un bloqueo en su acceso, hasta que trabajadores de estos medios pudieron salir mientras los manifestantes coreaban «sin violencia».

Durante la jornada, el alcalde de Potosí, Williams Cervantes, el gobernador de Potosí, Juan Carlos Cejas, y el alcalde de Sucre, Iván Arciénega, todos del MAS, se vieron obligados a renunciar ante la intensificación de las protestas.

También dejó el cargo el alcalde de Oruro, Saúl Aguilar, quien pidió la celebración de elecciones.




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