(Foto archivo)

Antonio Palocci, ministro en los Gobiernos de los expresidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, incriminó ante la Justicia al exmandatario que existía un pacto de sangre para el pago de 100 millones de dólares en sobornos de Odebrecht al Partido de los Trabajadores (PT).

Palocci dijo que había un pacto de sangre, un paquete de sobornos que se desdoblaría en la compra del terreno para el Instituto Lula y en un paquete de 300 millones de reales en sobornos que estarían disponibles para el PT, dijo el abogado Adriano Bretas, que defiende al exministro.

El político, condenado ya por corrupción en el caso Petrobras, denunció como imputado ante el juez federal Sergio Moro en una causa también relacionada con los millonarios desvíos de fondos que ocurrieron en la petrolera estatal y a la que también responde el propio Lula.

Bretas señaló en rueda de prensa que Palocci reconoció al magistrado que Lula acompañó cada paso de esta operación, que implica el pago de millonarios recursos ilícitos en su beneficio y en el de su partido, en el cual el expresidente participó de su fundación en 1980.

«Quedó clara toda participación del expresidente Lula», aseveró el letrado.

De acuerdo con el testimonio del exministro, Emilio Odebrecht, patriarca del grupo Odebrecht, abordó a Lula a finales de 2010, en los últimos días de su mandato, para hacer un pacto de sangre, un paquete de sobornos, que envolvía un regalo personal y un edificio de un museo pagado por la empresa.

También estaba incluido en ese pacto conferencias pagadas a 200 mil reales, unos 64.000 dólares, fuera de impuestos, acordadas con Odebrecht para el próximo año (2011) y había una reserva con los 100 millones de dólares citados anteriormente.

Ese montante fueron coimas pagadas en forma de donación de campaña, en forma de beneficios personales, de caja A y caja B, apuntó.

Según la defensa, Palocci dijo que el ex jefe de Estado, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010, recibió cuatro millones de reales, unos 1,3 millones de dólares, que irían para el Instituto Lula y admitió que ambos intentaron dificultar los trabajos de policías y fiscales del caso Petrobras.

En esta causa concreta, la Fiscalía denunció a Lula por corrupción pasiva y lavado de dinero y le acusó de recibir sobornos del grupo Odebrecht, una de las empresas implicadas en la red corrupta, a través de Palocci.

El dinero, sostiene la querella, se habría destinado a la compra del terreno que ocuparía la sede del Instituto Lula y un ático vecino a su residencia particular en la ciudad de Sao Bernardo do Campo, en el estado de Sao Paulo (sudeste).

La defensa de Lula manifestó en un comunicado que la historia de Palocci, preso y bajo presión, es contradictoria con otros testimonios y que este solo busca cerrar un acuerdo de cooperación con la Fiscalía.

Igualmente, el Instituto Lula reafirmó que jamás solicitó o recibió cualquier terreno de la empresa Odebrecht.

Lula se someterá a un nuevo interrogatorio de Moro por esta causa el próximo 13 de septiembre en la ciudad de Curitiba, donde se concentran las investigaciones del caso Petrobras en primera instancia.

Como Palocci, Lula fue condenado este año en primera instancia a nueve años y medios de prisión en uno de los seis procesos penales que afronta el exmandatario con la Justicia, la mayoría de ellos relacionados con el caso Petrobras.

El escándalo en Petrobras, destapado hace más de tres años, ha enviado a prisión a importantes políticos y empresarios, además de señalar a Lula, Rousseff, al presidente Michel Temer y varios de sus ministros.




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