De manera contundente, el exparlamentario, abogado y defensor por los derechos civiles, Rafael Narváez, aseguró que el Estado desprecia el dolor de los migrantes, el de los presos políticos y la pobreza del pueblo,” pero sí adora y ama a Alex Saab”.
Expresó que en Venezuela no todos son iguales como lo establece la Constitución, ya que al gobierno le duelen las torturas de a quien califican como diplomático, pero no las de las víctimas de violaciones graves a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad perpetradas por el plan Zamora.
Para él, la política de negociación que sigue ejecutando el Estado con los presos políticos, es para su beneficio.
“Por la liberación de un señor que se encontraba detenido en Estados Unidos por infinidades de delitos, a cambio de liberar un total de 23 personas, incluyendo norteamericanos y algunos presos políticos venezolanos, el Estado alza la voz en defensa de su diplomático por ser víctima, según ellos, de torturas, pero guarda silencio con impunidad ante las vejaciones, tratos crueles e inhumanos y degradantes con torturas que han sido víctimas los presos políticos en centros de torturas como Ramo Verde, DGCIM y las sedes del SEBIN”.
Narváez resaltó que el gobierno ha manifestado una actitud indolente ante los actos de xenofobia, maltratos, desprecio, muertes y deportaciones por parte de los países de receptores contra “venezolanos que huyeron del país por hambre”.
Además, condenó la “política descarada e inhumana por parte del Estado en seguir jugando con el dolor y el sufrimiento de las víctimas de violaciones graves a los derechos humanos en Venezuela”.
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