Foto archivo

El olor ya es insoportable y nadie quiere entrar al área de aislamiento del Hospital Miguel Malpica de Guacara, donde ya tiene más de 30 horas el cuerpo de un hombre quien falleció con síntomas de COVID-19.

A las 12:30 am del miércoles 26 de agosto ingresó el paciente de 69 años con severa dificultad respiratoria. “Le hicieron prueba rápida y salió positivo”, relató un integrante del personal de salud que lo atendió.

A la 1:25 am falleció. Le practicaron dos PDR más y el resultado fue el mismo. En el centro de salud aún esperan que el cadáver sea trasladado a la morgue.

Sus familiares están en total incertidumbre. “Nos dicen que ni siquiera lo podremos enterrar, que nos entregarán las cenizas, pero aquí seguimos esperando”, expresó la esposa de la víctima, que residía en el sector Aragüita.

El personal de enfermería que estuvo de guardia la noche del miércoles tuvo que sacar el escritorio a la parte externa de la emergencia para poder trabajar. “El olor no se aguanta, en cualquier momento ese cuerpo explota y, además del riesgo que corremos de contagiarnos de COVID-19, podemos infectarnos de muchas otras cosas”, dijo un enfermero.

En el área de aislamiento que habilitaron en el hospital de Guacara estaba un paciente de 87 años con PDR positivo, y fue trasladado a la Ciudad Hospitalaria Dr. Enrique Tejera (CHET) de Valencia, horas después del fallecimiento que se registró. Por ahora, no hay nadie más en el lugar con la enfermedad, solo el cadáver.

Personal sanitario con COVID-19

Nadie está exento de contagiarse de COVID-19. Parte del personal sanitario del Miguel Malpica lo está. El miércoles fue ingresada a la Unidad de Cuidados Intensivos de la CHET una doctora de la maternidad de menos de 40 años con un pronóstico de salud muy delicado.

También se confirmó que una integrante de la junta directiva del hospital tiene la enfermedad, tras tener contacto con un familiar que había dado positivo. Y hay otra doctora del centro de salud que se mantienen cumpliendo tratamiento en casa al tener coronavirus y estar asintomática.

El riesgo es cada vez mayor. De acuerdo a lo informado por parte del personal sanitario del lugar, desde que se presentó el primer caso positivo no se le ha practicado la prueba rápida a ninguno de ellos para descartar. “Entonces no sabemos si alguno de nosotros está contagiado sin saberlo”.

Tampoco se realizan las desinfecciones adecuadas. “Debe hacerse con un sistema de arrastre y solo echan es un rocío de hipoclorito para decir que están fumigando, pero eso no es suficiente.

Sin insumos contra COVID-19

Los enfermeros, médicos y camilleros del hospital de Guacara cuentan con mascarillas de protección facial porque una iglesia se las donó, y los tapabocas se los está entregando la administración de la institución porque han tenido que reclamarlo. “Si no exigimos y nos molestamos, no nos dan nada”.

Ellos simplemente se sienten desprotegidos. “Estamos trabajando con el revólver sin balas, no contamos con el respaldo de Insalud, y quienes seguimos asistiendo al hospital lo hacemos porque no tenemos otra opción, porque amamos lo que hacemos y porque sabemos que hay pacientes que nos necesitan”.

Pero el  temor se ha apoderado de muchos de ellos. Al menos la mitad del personal no acude a sus guardias en las que van entre cinco y seis enfermeros de 10 o 12 que deberían asistir. Algunos han gestionado vacaciones o reposo, otros sencillamente prefieren quedarse en sus casas.

En Guacara, según declaraciones del alcalde Johan Castañeda, hay 40 casos confirmados y 93 sospechosos de COVID-19, con varias muertes incluidas. Mientras tanto, el cuerpo del hombre que falleció la madruga del miércoles sigue ahí. No ha llegado ninguna comisión a buscarlo, como muestra de la desidia e improvisación como se maneja el tema sanitario en Carabobo.




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