La jornada de este domingo se pudo conocer el fallecimiento de uno de los abuelitos del asilo San Vicente de Paúl, ubicado en el municipio Naguanagua, aparentemente con sintomatología de COVID-19, con lo que ya sumarían seis las muertes entre los que habitan en la casa hogar en las últimas dos semanas.
La información la aportó el presidente del Colegio de Enfermería del estado Carabobo, Julio García, a través de su cuenta en la red social Twitter.
Seguimos apoyando con nuestras acciones sanitarias y sociales en el Asilo San Vicente de Paúl, la situación sigue siendo de ALERTA.
Hoy conocimos de un nuevo fallecimiento de un abuelito, siendo el sexto en las últimas dos semanas.
#PorLaSaludYLaVida pic.twitter.com/y6kHOQKX6k
— Julio Garcia (@julioporlavida) June 19, 2021
Desde la red social, García calificó la situación del lugar como de alerta, toda vez que señaló que lo siguen apoyando con acciones sanitarias y sociales.
Los cinco primeros fallecimientos
Cabe recordar que el pasado miércoles 16 de junio El Carabobeño reportó la quinta muerte por COVID. En aquella ocasión, se habló del deceso de Sergina Ríos Martínez, ocurrido la tarde del martes 15, a quien le antecedió una ancianita cuyo nombre no se precisó, el domingo 13.
El tercer fallecimiento recayó en la religiosa Sor Carmen Prada, el día martes 10 de junio. Previamente perdieron la vida los hermanos Alfonso y Mercedes, los días lunes 7 y martes 8 de junio, respectivamente.
Hubo otras pérdidas en el ancianato, pero todas asociadas a otras patologías diferentes a la COVID: diabetes, infartos, insuficiencia cardíaca o por edad.
Durante la última semana, autoridades de Insalud tuvieron que acudir a la casa hogar para realizar pruebas PCR, aunque no en las cantidades deseadas, mientras que Protección Civil realizó la desinfección de las habitaciones para controlar el brote, en el lugar en el que residen 92 adultos mayores.
Por su parte, el gremio médico regional se ha hecho solidario con la situación y ha aportado voluntariado, insumos y trabajo social para paliar la crisis, mientras que las religiosas han tenido que recurrir a la solidaridad económica de quienes puedan donar a su causa a través de una única cuenta bancaria autorizada (Banco Mercantil, 01050040141040296513, RIF J296958653).
También se conoció el déficit de personal de enfermería por el que pasa el hogar de cuidado, donde la responsabilidad recae en cuatro religiosas que no se dan abasto para atender a todos los que lo requieren.
En este sentido, han recibido algún apoyo de Médicos Unidos de Venezuela y de otras entidades y ONG, pero no en la cantidad requerida, por cuanto están haciendo frente a otras emergencias en la región carabobeña.