El poeta y escritor Guillermo Sucre. )Foto Cortesís de Letralia)

El poeta, ensayista, docente y crítico literario Guillermo Sucre Figarella, autor de obras como Borges, el poeta, y La máscara, la transparencia, falleció en su residencia, en Caracas, durante la madrugada del jueves 22 de julio.

Nacido el 15 de mayo de 1933 en Tumeremo, estado Bolívar, su padre muere cuando él tiene apenas un año, por lo que la familia se muda a Ciudad Bolívar, donde vivirá hasta la adolescencia. Luego se irá a Caracas, donde estudia el bachillerato en el Liceo de Aplicación y Andrés Bello. Se opuso a la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y, junto con el poeta Rafael Cadenas, Manuel Caballero, Jesús Sanoja Hernández y Rafael Díaz Rangel, entre otros estudiantes, fue encarcelado, reseña Letralia.

Exiliado en Chile desde 1952, continúa sus estudios de filosofía y letras, carrera que había empezado en la Universidad Central de Venezuela. En 1955 se traslada a París y cursa estudios de doctorado en literatura latinoamericana.

Preso político

Regresa a Venezuela en 1956 como prisionero político, condición en la que permanece hasta 1958. Escribe entonces su primer poemario, Mientras suceden los días, sobre su experiencia del exilio. En 1958 funda el grupo literario Sardio, entre cuyos integrantes estaban Ramón Palomares, Salvador Garmendia y Adriano González León.

En 1959 volverá a Francia, becado por la Universidad Central de Venezuela y el gobierno francés para estudiar literatura francesa. Ya en Venezuela, desde 1962 comienza a trabajar como profesor en la Escuela de Letras de la UCV y en el Instituto Pedagógico de Caracas. Escribe para la revista Zona Franca, dirigida por Juan Liscano, y dirige el Suplemento Literario del diario La República.

Borges

En 1965 escribe Borges, el poeta, trabajo de ascenso en la UCV que será publicado en 1967 en México y posteriormente en Caracas por la editorial Monte Ávila. El libro, que sería traducido al francés en 1971, sigue siendo reconocido en nuestros días como uno de los trabajos más completos sobre la poesía del escritor argentino.

En 1967 dirige la revista Imagen; al año siguiente viaja a Estados Unidos y da clases de literatura latinoamericana en la Universidad de Pittsburg. Durante esa época publica su segundo poemario, La mirada (1970). Entre 1972 y 1975 colabora en las revistas literarias de difusión continental Revista Iberoamericana, Eco y Plural, y en los libros de estudios colectivos América Latina en su literatura (1972) y Aproximaciones a Octavio Paz (1974).

En Estados Unidos escribe La máscara, la transparencia, que recoge una serie de ensayos sobre poesía hispanoamericana del siglo XX. Publicado en 1975, el libro le valdría en 1976 el Premio Nacional de Literatura. Desde ese año, al volver a Venezuela, trabaja como director literario de Monte Ávila y publica su poemario En el verano cada palabra respira en el verano, al que le seguirá, en 1977, Serpiente breve.

Se dedica a dar clases en la Escuela de Letras de la UCV y a investigar sobre la obra de escritores venezolanos como José Antonio Ramos Sucre y Mariano Picón Salas, y en 1988 publica el poemario La vastedad. Ese año ejerció como profesor titular de la Cátedra Simón Bolívar de la Universidad de Cambridge. En 1993 publica su último poemario, La segunda versión. De ese año es también su Antología de la poesía hispanoamericana.

Sucre fue fundador del primer Posgrado en Literatura Latinoamericana de la Universidad Simón Bolívar. Tradujo a autores como André Breton, Saint-John Perse, William Carlos Williams y Wallace Stevens. También colaboró en Plural y Vuelta, revistas que dirigió Octavio Paz.

Por su trayectoria como investigador, la Universidad Central de Venezuela —en la que trabajó desde 1962 hasta 1999— le confirió en 1996 el premio Francisco de Venanzi, y en 2009 el doctorado honoris causa.

Otra casa de estudios que le otorgó tal distinción fue la Universidad Simón Bolívar, en un acto celebrado en 2020 en su sede de Sartenejas y en el que también la recibiera el poeta Rafael Cadenas, su compañero de presidio durante la dictadura de Pérez Jiménez. “Para pasar el tiempo jugábamos a decir poemas de memoria y a partir de ellos crear otros poemas modificados por nuestra memoria”, cuenta en su discurso de aceptación.

“Un intelectual debe ser una persona comprometida con la democracia, aunque sea muy pasivamente, una persona que no apoye nunca regímenes de fuerza o arbitrarios”, manifestó Sucre en una entrevista por Diego Arroyo Gil publicada en el portal Runrun.es.

Fuentes: Biografías y Vidas • El Perro y la Rana • Prodavinci • Runrun.es




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