Nerilú Vergara vive con mucho temor. Ella tiene miedo que, un día cualquiera, una rama del árbol que está muy cerca de su casa caiga sobre el techo y cause un accidente. Es una incertidumbre que enfrentan las más de 500 familias del barrio Simón Bolívar de Naguanagua, donde la falta de poda preventiva se ha convertido en uno de sus principales problemas.
Su preocupación es, sobre todo, por su nieto de nueve meses, quien estaba, la mañana de este miércoles, en el hospital por una severa alergia causada por las aguas negras que pasan por el caño que está justo al lado de su casa, mientras ella junto a sus vecinos protestaron para que las autoridades atiendan sus exigencias.
El 1 de diciembre entregaron la solicitud a Corpoelec de la poda de los árboles cuyas ramas, además de amenazar con caer sobre las viviendas, afectan el tendido eléctrico causando constantes apagones en esta zona de Naguanagua.
Pero no han tenido respuestas. “Los vecinos, de manera organizada, hacen el llamado contundente para que las autoridades correspondientes se acerquen y vean los problemas que padecen… Vamos a seguir haciendo seguimiento a esta solicitud que hemos entregado de manera formal, ellos tienen las cartas en su oficina, así que no tienen excusas, esperamos que den respuestas como lo establece el artículo 51 de la Constitución”, expuso el concejal Tomás Farías.
Esta petición la hacen tras tener el informe de los Bomberos de la Universidad de Carabobo (UC), en el que se indica que los árboles jabillo, por ser muy “quebradizos”, representan un alto riesgo para los habitantes de la comunidad.
Inspecciones sin solución
Hace más de tres años fue la última vez que Nakarid González vio una cuadrilla realizando mantenimiento preventivo en el lugar. En esa oportunidad se hizo la poda de los árboles y de toda la maleza que está en el caño de esa comunidad de Naguanagua.
A partir de ese momento “solo han venido varios trabajadores de la alcaldía y de Corpoelec a inspeccionar, dicen que estamos en zona de riesgo y se van. Solo eso”.
El temor de ella es igual al de Nerilú. “Con esta brisa que está haciendo últimamente da miedo estar dentro de las casas, porque puede caer una rama en el techo”. A esto se suma que ya hay varios postes sin funcionar porque las ramas han tumbado los cables.
Los vecinos de esta comunidad de Naguanagua han pensado en hacer la poda ellos mismos, pero no cuentan con los recursos necesarios. “No estamos en capacidad económica… no todos trabajamos”.
Ellos hacen lo que pueden. En época de lluvia el caño suele desbordarse y el agua de cloacas mezclada con la de las precipitaciones entra a las viviendas, como la de Nerilú. “Nos ha tocado abrir huecos en las paredes para que salga toda esa agua”.
Ya es un clamor el que hacen los habitantes del barrio Simón Bolívar. Están cansados de vivir mal y que sus necesidades no sean escuchada, por lo que insistirán con protestas hasta obtener respuestas.
