Violencia de género
Foto referencial.

En otro hecho acaecido la noche del 22 de octubre, un ciudadano, de 31 años sostenía una discusión con su pareja en el barrio La Florida de la capital carabobeña, cuando la madre de la joven, de 27 años, decidió intervenir. El hombre tomó un arma blanca y mató a su cónyuge en el sitio para posteriormente herir a su suegra, de 61 años, quien murió días después en un centro hospitalario a causa de las heridas. El asesino murió al enfrentarse con funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC).

Faltan políticas de prevención y apoyo

Los femicidios en la entidad durante el presente año han ocurrido de manera continua, por lo que deben estudiarse a fondo los diversos factores que inciden en estos casos pues el Estado debe garantizar los derechos humanos de las mujeres, sentenció Giannina Fusco, coordinadora del OVV Carabobo, quien si bien aplaude la actuación de las autoridades ante los casos denunciados, cuestiona la falta de políticas de prevención y apoyo a las víctimas.

La también especialista en Derechos Humanos insistió en su preocupación por la recurrencia de casos. «En este año todos los meses ha habido un caso de femicidio. Hay 17 casos de agresión física de severa a grave contra la pareja», detalló también en entrevista concedida a Ricardo Graffe en el programa En Contexto de Unión Radio.

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Para Fusco, las alertas están encendidas por los casos en los que carabobeñas son víctimas de violencia por parte de sus hijos. Además de los dos matricidios reportados en lo que va de 2021, durante el mes de octubre en el municipio Naguanagua funcionarios de la Policía Municipal impidieron que un joven, de 28 años, agrediera con un machete a su madre. El hecho se pudo evitar gracias al accionar de los vecinos que alertaron rápidamente a las autoridades.

En el OVV saben que los cuerpos de seguridad aprenden al agresor ante una denuncia, lo que no saben es qué pasa después. Fusco está convencida de que esas mujeres normalmente viven en un clima de impunidad, porque los agresores salen en libertad y nuevamente deben enfrentarse a ellos. «No se les garantiza atención de ningún tipo, ni de seguridad, ni económica, ni psicológica. El clima de impunidad es recurrente y las agresiones físicas pueden pasar de leves a graves y terminar en situaciones fatales.»

Lo ideal es que el Estado fomente en las comunidades centros de atención en los que se preste asesoría legal, apoyo psicológico, hospedaje temporal, formación en educación sexual, artes y oficios, entre otros programas, que permitan el abordaje y seguimiento de los casos de violencia contra mujeres venezolana, explicó la coordinadora del OVV.

El tema es de suma gravedad.  Fusco ilustra que todos los miembros de las familias que conviven en medio de un clima de violencia intrafamiliar están expuestos. Es un daño psicológico que si no se atiende, no se repara, porque las conductas tienden a ser repetidas. «Un niño que vive expuesto a violencia familiar tiene tendencia a reproducir esas actuaciones cuando sea adulto. Así vemos incluso a madres que agreden a sus hijos».

 

 




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