“Ellos están aprendiendo lo que a mi se me está olvidando”; dijo el ex policía metropolitano José Gregorio Hernández, tío del taxista Edward Alejandro Tovar Tovar (28), muerto en un presunto enfrentamiento con funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana, en el sector El Cañao, parte alta del barrio San Antonio de El Valle, el martes a la 1:00 p.m.

Hernández hacía referencia a los procedimientos que ahora llevan a cabo los policías y destacó que en sus 19 años de carrera policial aprendió cómo simular un enfrentamiento, después de matar a una persona desarmada. Aseguró que llegarán hasta las últimas consecuencias para que se haga justicia en el asesinato de su sobrino.

No mataron a un delincuente, mataron a una persona sana,  un padre de familia, taxista, hacía guardias de camillero en dos hospitales y tenía curso de electricista, denunció Hernández. «Ahora le aparece una denuncia post mortem».

El cabo I retirado de la PM acudió ayer a la morgue con Rosmer Eduardo Tovar Tovar, hermano mayor del taxista, para retirar el cadáver. Estaban indignados, no les habían permitido ver el cuerpo, pero por testigos referenciales supieron que Edward estaba irreconocible, desnudo, con el rostro desfigurado, sin dientes delanteros (al parecer se los desprendieron a cachazos), pero lo reconocieron por los tatuajes que lucía en ambos brazos. En el derecho tenía grabado el nombre de su hija de dos años, Angeline, y en el izquierdo el de Dominique, un varón de 6 años.

Edward vivía en la Prolongación Zuloaga, de El Valle, con su esposa y sus hijos, laboraba como taxista particular y tenía una bodega en su casa. El lunes le robaron un caucho a su vehículo Toyota Corolla, hizo las indagaciones para saber quién lo tenía y decidió ir a la parte alta de San Antonio para recuperarlo, pagando rescate.

Cuando iba subiendo, bajaban las comisiones de la PNB. Los vecinos contaron que los funcionarios dispararon, Edward recibió un tiro y cuando les gritaban que lo dejaran tranquilo, apuntaron hacia las casas para obligarlos a resguardarse. Lo golpearon, lo metieron detrás de una vivienda y lo ajusticiaron.

El había ido muy temprano al banco, regresó a su casa con unas bolsas, las dejó y fue a recuperar el caucho. «Cómo no iba a tener sus documentos. Lo mataron, le botaron la cartera con dinero y papeles, le robaron el celular, lo llevaron al hospital de Coche como indocumentado, desnudo y le pusieron alias´guacharaco´. El no tenía apodo», dijo su hermano Rosmer Tovar.

«Ya basta que estén matando gente y luego lo cuadran como enfrentamiento», denunció Tovar. Los policías dijeron que era el cabecilla de una banda, que los demás escaparon y le sembraron un revólver 38. «Qué peligroso delincuente anda con un 38? A mi no me echan ese cuento. Háganle la ATD, para que vean que no disparó».

Ellos exigirán a las autoridades que se esclarezca el caso porque el nombre de Edward tiene que ser limpiado.

 




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