José García y Norkys Macías jamás pensaron que tendrían que pasar Navidad y Año Nuevo en la Ciudad Hospitalaria Henríquez Tejera (CHET), pero hace cinco meses que vienen luchando con la hidrocefalia Emmanuel, su bebé.
Los primeros 90 días el niño fue atendido en la Maternidad del Sur, hasta que fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital de Niños Dr. Jorge Lizarraga. “Queremos irnos corriendo de aquí, pero hasta que no me lo operen, no nos darán de alta”, explicó Norkys, quien no ha regresado a su casa ni un solo día desde que internaron a Enmanuel.
José pasa tres o cuatro días junto a la madre del pequeño, durmiendo en una hamaca colgada de uno de los pasillos externos del complejo. Después tiene que regresar a buscar el sustento que a penas le ha alcanzado para cubrir los exámenes. “Desde que nació el niño hemos gastados más de dos mil dólares nada más en exámenes”.
En cada viaje García lleva ropa limpia, sábanas y lo que requiera el bebé. Desde Tocuyito hasta la CHET debe tomar cuatro unidades de transporte que en la última quincena les han cobrado una tarifa de 100 mil bolívares. En total necesita de tres millones 200 mil bolívares en efectivo en una semana.
Con tantos gastos, comer todos los días es un lujo para la pareja. Por eso, cuando el 24 y 25 de diciembre varias fundaciones acudieron y regalaron platos navideños a los familiares de pacientes, ellos no dudaron de que se trataba de un milagro de Navidad. “Vinieron varias fundaciones todo el día, hasta a las 12 de esa noche llegaron repartiendo comida y juguetes”.
Soportar el hambre
Al igual que José y Norkys, Yetsibeth Pérez y Karly Gaince han tenido que soportar el hambre. Sus primos sordomudos tienen un recién nacido de 18 días hospitalizados por una infección en la vejiga y ellas sirven de intermediario para hacerles llegar lo que informan los médicos sobre el avance del bebé. “Traemos lo que podemos, a veces sólo café y con eso pasamos el día”.
Los médicos no les han avecinado fecha de recuperación y la familia presume que tendrá que pasar Año Nuevo en el hospital. “Sin dormir, porque aquí no se duerme. Uno está pendiente de todo lo que se mueve y en especial de que nos llamen para ver qué necesita el bebé”.
Yetsibeth y Karly también toman el transporte público para llegar al hospital. Tres autobuses desde El Socorro. “Cuando no tenemos para el pasaje caminamos de aquí hasta la avenida Lara, o de la Lara hasta aquí, con los bolsos llenos de ropa y sábanas que usamos para acostarnos en el piso”.
Síntomas del cansancio
En el Hospital de Niños Dr. Jorge Lizarraga los síntomas del cansancio son evidentes: ojeras pronunciadas, labios resecos, movimientos lentos y miradas a punto de quebrarse.
Nayeli Villegas lleva quince días en el hospital sin pegar ojo, intentando confiar en Dios y no caer en la desesperación. “Mi nieta de siete meses tiene dos semanas aquí y los médicos no nos dicen qué es lo que tiene. Eso es dinero, exámenes, dinero, y no sabemos cuál es el diagnóstico exacto”.
Villegas le pidió al Niño Jesús por la salud de la bebé, y espera que en el 2021 se acaben los trasnochos. No quiere volver a pasar diciembre en un hospital. “Nos sentimos mal. Agotados. Queremos que nos digan lo que tiene la niña, que se recupere y llevarla a casa. Queremos estar en la casa con nuestra familia”.