(Foto referencial)

Henry Junior Campos Hernández (25) murió tras resultar baleado por un efectivo de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), vestido de civil, que supuestamente frustró un asalto en la avenida Andrés Bello, el miércoles a las 11:30 a.m.

Trabajaba en el departamento de seguridad y hacía guardias de camillero en el hospital Vargas de San José, centro asistencial al que casualmente fue trasladado al resultar herido.

Había recibido 8 tiros, inmediatamente se dispusieron a atenderlo cuando lo reconocieron sus compañeros y llamaron a su hermana que labora en el departamento de nutrición del mismo hospital.

Campos alcanzó a decir que el iba por la calle cuando dos hombres corrían, el resultó herido y no recordaba nada más.

Fue operado, le hicieron una colostomía y a las 5:00 p.m. falleció.

Sus familiares estaban ayer en la morgue. Condenaron la actuación policial y anunciaron que después del funeral acudirán a la Fiscalía General.

Henry Junior vivía en La Silsa, Catia, fue a la casa de una tía en La Florida a buscar un almuerzo para irse a trabajar y bajando hacia la avenida Andrés Bello ocurrieron los hechos.

En sus ratos libres trabajaba de mototaxista.

Gabriela Rodríguez estaba de guardia en el servicio de nutrición cuando la llamaron para avisarle lo que le había pasado a su hermano. Llegó vivo, baleado en el pecho, abdomen y glúteos. Tenía 3 años y medio laborando en el hospital y era el mayor de tres hermanos.

Los familiares de José Luis Ladejo Arguaca (30) también negaron que este se hubiera enfrentado con funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) en casa de un familiar en la calle Sucre, barrio Mirador del Este, Petare, el martes a las 3:30 de la tarde.

Ladejo estaba con su tío arreglando un candado en el estacionamiento de la vivienda, cuando irrumpieron los policías.

Derribaron puertas y ventanas. Adentro estaban varios familiares, incluyendo niños y un adulto discapacitado, y los encerraron en un cuarto. Al quedar solamente con Ladejo se escucharon los disparos. Lo llevaron al hospital Domingo Luciani de El Llanito y murió.

Su familia dice que era albañil, nunca estuvo preso, pero la policía alega que estaba solicitado. «Es una masacre, no miden sus actos, no les importa que haya niños, actúan como malandros», dijo un pariente.




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