El Festival de Cannes criticó este lunes la «actuación» del productor portugués Paulo Branco, quien solicitó a la justicia francesa prohibir la proyección durante el certamen del filme «El hombre que mató a Don Quijote», del británico Terry Gilliam.

Los organizadores del festival que se celebrará entre el 8 y el 19 de mayo señalaron que «respetarán la decisión de la justicia», pero mostraron su apoyo al cineasta, demandado por Branco por una cuestión de derechos.

La proyección del filme está programada para la clausura del festival, el mismo día de su estreno en los cines de Francia.

La justicia tiene previsto pronunciarse sobre la petición del productor el día 7.

El Festival de Cannes dijo que estaba al corriente del litigio que opone a Gilliam y a Branco desde hace varios meses, a raíz de la ruptura de su contrato en la fase de preproducción del filme.

Pero puntualizó que «no es de su incumbencia» pronunciarse al respeto, puesto que sus criterios de selección son «puramente artísticos».

El Festival «apoya a los cineastas y en ocurrencia a Terry Gilliam, de quien sabemos que otorga una gran importancia a este filme que ha atravesado tantas vicisitudes», según un comunicado de su presidente Pierre Lescure y el delegado general, Thierry Frémaux.

Ambos cargaron contra Branco, que deja a su abogado «intimidar y realizar afirmaciones difamatorias tan ridículas como grotescas» a la prensa con motivo de la programación del filme en Cannes.

En el origen del litigio, está la ruptura del contrato entre Gilliam y Branco, quien en 2016 compró al primero sus derechos de autor-director, a través de su productora Alfama.

Pero durante la preproducción del filme, los numerosos desacuerdos entre ambos llevaron al productor a suspender el inicio del rodaje.

Gilliam contactó entonces con la productora española Tornasol y con ella rodó el filme entre marzo y junio de 2017, en España y Portugal. Pero Branco denunció al cineasta británico ante la justicia francesa, cuya decisión es esperada el 15 de junio.

Este episodio prolonga un poco más la «maldición» que golpea desde hace casi dos décadas «El hombre que mató a Don Quijote».

En 2000, Gilliam tuvo que cesar el rodaje de su adaptación libre de la célebre obra de Miguel de Cervantes, con Jean Rochefort, Johnny Depp y Vanessa Paradis, por un encadenamiento de infortunios, desde unas inundaciones en el lugar del rodaje hasta una hernia discal sufrida por el ya fallecido actor francés.




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