Filipinas confía en hacerse con la soberanía de las polémicas islas artificiales instaladas por China en el archipiélago Spratly, según declaró el portavoz de presidencia filipina, Harry Roque.
«Claramente, al final esas islas artificiales serán nuestras si podemos pedirle a Pekín que abandone el archipiélago», situado al oeste de Filipinas en el Mar de China Meridional, dijo el portavoz del presidente Rodrigo Duterte, en una entrevista televisada.
Roque aseguró que llegará un momento en que cese el poderío de China, y entonces tendremos que agradecerles haber construido esas islas.
Las palabras del portavoz han generado una fuerte polémica en su país, donde tanto la oposición como activistas e internautas han criticado que desde Manila se agradezca a China la ocupación de un territorio que pertenece a Filipinas según la justicia internacional.
En julio de 2016 la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya (CPA) atribuyó a Filipinas el atolón de Scarborough y parte de las islas Spratly, un grupo de más de 750 arrecifes, islotes, atolones y cayos, después de que China construyera estructuras artificiales para apropiárselo de facto.
Pekín consideró nulo el fallo de La Haya, que le niega derecho alguno sobre los recursos en la zona, y prosiguió sus actividades en las Spratly, incluida la construcción de edificaciones de uso militar, pistas de aterrizaje y radares.
Duterte ha optado por evitar mostrarse beligerante en la disputa territorial y en su lugar ha estrechado las relaciones políticas, diplomáticas y económicas con China para atraer financiación e inversiones.
El presidente filipino ha argumentado en varias ocasiones que el poder militar de China es demasiado fuerte como para arriesgarse a encender un conflicto militar debido a la disputa por las Spratly.
El portavoz de Duterte también confió en que Pekín cumpla su promesa de no iniciar nuevos proyectos de recuperación de tierras o construcción de estructuras en el archipiélago.
La tensión en el mar de China Meridional,donde Brunei, Indonesia, Malasia, Taiwán y Vietnam también mantienen disputas con Pekín, ha aumentado en los últimos años con altercados, acusaciones cruzadas entre los gobiernos reclamantes y un aumento de la presencia militar en la zona por parte del Ejército chino.