Foto: AFP

El Flamengo ya festejaba este miércoles su victoria en Rio, cuando River Plate le arrancó a última hora un empate 2-2 en el primer juego del Grupo 4 de la Copa Libertadores 2018, un reencuentro de dos gigantes del continente que se celebró a puerta cerrada.

Ambos equipos se fueron al descanso con el marcador a cero en una disputa muy pareja y con el ‘Fla’ reclamando un penal no pitado, pero solo fue en el minuto 53 que un gol de penal de Henrique Dourado abrió la cuenta para los brasileños.

Como acabaría pasando nuevamente al final de esta noche extraña en un Nilton Santos completamente vacío, los argentinos contrarrestaron rápidamente, amargando la noche carioca.

Apenas dos minutos después del gol de Dourado, un tanto de cabeza del uruguayo Rodrigo Mora fue directo a la esquina de la portería de Diego Alves. Muchos flamenguistas vieron fuera de juego en la jugada.

Pero no había nadie en las gradas que pudiera reclamar: esta noche solo se escucharon en el estadio de Rio de Janeiro los gritos de los jugadores y los entrenadores.

El Flamengo, obsesionado con sumar una segunda Libertadores a la de 1981, no pudo contar con la fuerza de su apasionada hincada porque cumple la sanción de la Conmebol por los incidentes violentos de sus aficionados en la final de la Copa Sudamericana 2017.

Tras apelar la sanción sin éxito, el ‘Mengao’ deberá disputar dos partidos sin su público además de abonar una multa de 300.000 dólares por aquellos lamentables episodios.

«Es cierto que la hinchada incentiva y a veces puede influir en ciertos detalles, pero tenemos que estar por encima de eso», dijo al fin del partido Everton, el autor del desempate para el ‘Fla’.

«Realmente el espectáculo cae mucho sin la afición», no se cansaban de decir los locutores de SporTV durante la transmisión.

– La casta del ‘millonario’ –

Los cariocas ya acariciaban la victoria, aliviados por dar el primer paso hacia su principal prioridad de la temporada, después del disgusto del año pasado, cuando en apenas semanas pasaron de firmes candidatos a campeones de la Libertadores a eliminados en la fase de grupos.

Pero el maltrecho River no le quiso dar el gusto.

Tricampeones de la Libertadores, los argentinos están hundidos en la 21ª posición de la Superliga argentina, a 24 puntos del líder y archirrival Boca Juniors, y sin apenas opciones para el título.

Pero, salvando el honor, Mayada aprovechó un rebote y, desde fuera del área, echó por tierra la felicidad del ‘Fla’ cuando faltaban apenas cuatro minutos para el final reglamentario.

Como nota curiosa de la noche, el episodio que protagonizó el uruguayo Nicolás de la Cruz, que perdió un diente cuando apenas se había jugado media hora de partido por un codazo de Jonas, sin que eso le impidiera continuar hasta la mitad del segundo tiempo.

También, el hijo del técnico local Rodrigo Carpegiani, el auxiliar Paulo Cesar Carpegiani, fue expulsado del campo por sus reclamaciones.

Con sabor agridulce para el ‘Mengao’ finalizó el reencuentro de dos gigantes centenarios del fútbol sudamericano, que llevaban sin cruzarse desde los cuartos de final de la Copa Mercosur-2000, cuando River se hizo con la clasificación después de ganar los dos tensos choques.

Ambos equipos suman un punto en el Grupo 4, donde también se encuadran el Santa Fe colombiano y el Emelec de Ecuador.




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