Francia seguirá trabajando para favorecer contactos entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición en pro de un diálogo que resuelva la crisis política de Venezuela, dijo este lunes el embajador francés en Caracas, Romain Nadal.
"Sin injerencismo, podemos apoyar contactos entre ambas partes", dijo Nadal durante un acto en su residencia.
"No somos actores pasivos de la crisis política (...). No somos ni antichavistas ni prochavistas, somos provenezolanos, y queremos favorecer el contacto con la sociedad venezolana en toda su diversidad. Lo estamos haciendo y vamos a seguir haciéndolo", agregó.
Delegados de Maduro y la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) iniciaron el pasado miércoles contactos en República Dominicana para sentar las bases de una negociación.
Un día antes, el canciller de Francia, Jean-Yves Le Drian, había revelado el comienzo de los acercamientos en Santo Domingo tras una reunión en París con su homólogo venezolano, Jorge Arreaza.
El presidente francés, Emmanuel Macron, quien el 29 de agosto acusó a Maduro de instaurar una dictadura, había recibido previamente al jefe del Parlamento de mayoría opositora, Julio Borges.
"La embajada ha seguido trabajando y teniendo contactos lo más diversos posibles con los actores políticos venezolanos y esto se concretó con estas visitas en París y se va a prolongar esta semana en Nueva York", en la Asamblea General de las Naciones Unidas, expresó Nadal.
Según el diplomático, Arreaza va a tener contactos con responsables políticos franceses en Nueva York.
"Estamos convencidos de que este país va a salir de la crisis y va a tener de nuevo un rumbo político estable, apoyándose sobre sus instituciones democráticas", afirmó Nadal, durante un encuentro con 30 jóvenes universitarios que viajarán a Francia para enseñar español por siete meses en escuelas.
El gobierno y la oposición retomarán los contactos el 27 de septiembre.
Las partes celebraron un fallido diálogo a fines de 2016 a instancias del Vaticano.
Para negociar con Maduro, la MUD pide una garantía de que habrá elecciones presidenciales a fines de 2018, como ordena la ley, y la liberación de casi 600 opositores presos.