La selección francesa supera en campeonatos mundiales a Suecia y Rumania con cuatro/ Foto: AFP

Francia se impuso este domingo a Noruega (33-26) en la final del Mundial de balonmano disputada en París, logrando su sexta corona en esta competición y confirmándose como la selección más laureada de la historia.

El combinado galo, que ha ganado cuatro de los últimos cinco Mundiales, llegó a ir por detrás en el marcador durante casi todo el primer tiempo, pero logró sobreponerse ante una selección noruega que accedía a su primera final de un Mundial y para la que la medalla de plata supone no obstante un éxito sin precedentes.

En un pabellón París-Bercy engalanado para la ocasión, con la presencia del presidente francés François Hollande y de su homólogo del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, Noruega afrontó el choque liberada de toda presión, sorprendiendo con un planteamiento ambicioso y jugando de igual a igual a los anfitriones.

Los noruegos llegaron a ponerse tres goles por encima en el minuto 25, pero un parcial de 5-1 de los galos les llevó al descanso por delante (18-17).

Francia había acusado la obligación de repetir el título en casa logrado en 2001, del que los únicos supervivientes que aún militan en la selección son el arquero Thierry Omeyer y Daniel Narcisse, y cuyo seleccionador Didier Dinart también participó como jugador en aquel éxito.

«Estoy muy orgulloso de nuestro equipo, de nuestro recorrido, y muy feliz simplemente por nuestro público y nuestros aficionados. Todo el mundo esperaba esto, pero fue duro. (…) Ahora vamos a tener una gran fiesta porque estos momentos son escasos», explicó el veterano Omeyer.

Hegemonía mundial 

Pero los hombres de Dinart comenzaron el segundo acto como acabaron el primero, ante un público entregado, logrando otro parcial de 5-1 que decantó definitivamente la balanza mientras un público enfervorecido entonaba La Marsellesa.

A ello contribuyeron las paradas del arquero Vincent Gerard, que había sustituido a un poco inspirado Omeyer. El prodigio noruego Sander Sagosen, futuro jugador del París SG, con un sólo gol en su cuenta, no pudo brillar como en anteriores duelos.

En cambio, Nikola Karabatic mostró sus galones y con sus 6 goles, se erigió en el mejor jugador del partido y del torneo.

«El equipo estuvo a la altura. Es realmente estupendo entrenar a un equipo de este nivel», se congratuló el seleccionador Dinart en declaraciones a la televisión francesa.

«En la segunda parte hicimos los ajustes necesarios y el equipo estuvo a su verdadero nivel», añadió.

Francia cerró con este título la herida de la derrota de la final de los Juegos de Rio y el anterior fracaso en el Europeo de principios de 2016. Francia ha ganado 11 de las 13 finales que ha disputado.

En el palmarés del Mundial, Francia suma seis Mundiales (1995, 2001, 2009, 2011, 2015, 2017), por los cuatro de Rumanía y Suecia.

Además, se confirmó como selección hegemónica del balonmano mundial en el siglo XXI, mientras que Noruega regresará a casa con su primer metal en categoría masculina de un Mundial en el que participó gracias a una invitación de la Federación Internacional de Balonmano (IHF).




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