Kender Gregorio Cordero (25), ayudante de cocina, murió baleado por comisiones de las Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana (FAES-PNB), en el sector San Rafael, kilómetro 2 de la carretera que conduce a El Junquito, el miércoles al mediodía.
Sus familiares acudieron ayer a buscar el cadáver en la morgue. Suministraron la información pero rogaron que no les tomaran fotografías porque tienen miedo de que los funcionarios regresen al barrio.
Kender estaba en su vivienda en compañía de su pareja, cuando irrumpieron los oficiales, salió corriendo y le dispararon. Herido de un balazo huyó hacia la zona montañosa, pero en la carrera perdió fuerzas y se ocultó en la maleza. La familia asegura que hubo testigos, que lo escucharon gritar cuando los funcionarios lo descubrieron entre los arbustos. Tenía un tiro en el pecho. «Levantó las manos, les dijo me duele mucho, no me maten, llévenme al hospital, y lo remataron». Cuando fue ingresado al Pérez Carreño estaba muerto.
Kender trabajaba en una pizzería, dejó una hija de dos años y el familiar asegura que lo acusaban injustamente.
Hace dos meses funcionarios del mismo cuerpo policial mataron a un primo de Kender en el barrio. Ingresaron a la casa y luego de dispararle se llevaron numerosos objetos de valor y comida. El informante admite que aquel pariente si estaba involucrado en delitos.