La tarde de este viernes se registró una situación irregular en la vivienda del presidente del Colegio de Enfermeras y Enfermeros del estado Carabobo, Julio García, luego que funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) se apersonaran solicitando al gremialista en actitud hostil.
La situación llevó a la esposa de García, Danni Pérez, a sostener una fuerte discusión con los efectivos policiales que intentaron ingresar por la fuerza al inmueble, ubicado en la urbanización El Trigal de la ciudad de Valencia.
La dama les pidió respeto a los niños de la pareja –dos pequeños de cinco y siete años- por quienes manifestó preocupación ante el asedio. Ambos también tienen una hija adolescente, de 17 años, quien afortunadamente no está en casa. Julio García tampoco se encontraba en el lugar en el momento en que los agentes llegaron e intentaron ingresar de manera forzada, por lo que su esposa teme por su seguridad.
Funcionarios mantienen el acoso contra la familia
La denuncia la realizó, escasos minutos después, el vicepresidente del Colegio de Enfermeras y Enfermeros regional, David Torrealba, quien enfatizó en que, en vista de que se les impidió el acceso, los funcionarios del Sebin se han mantenido en la urbanización, dando vueltas en sus vehículos, y en clara actitud de acoso contra la familia García-Pérez.
Torrealba alertó a la comunidad en general, a los gremios y autoridades sobre lo que pueda pasar a la pareja y a sus hijos, que ya experimentaron una situación similar el 21 de agosto de 2017.
En aquel momento, la policía política arrestó a Julio García en medio de un dispositivo excesivamente violento y sin respeto a los derechos humanos ni a la condición de la esposa quien, para entonces, se hallaba embarazada de su tercer hijo.
Detenido por denunciar la crisis hospitalaria
Para esa época, según relata la ONG Espacio Público, García fue detenido por denunciar las crisis hospitalaria por la que atraviesa en el país y que registraba un momento muy álgido para la fecha.
La organización no gubernamental enfatizaba en que los funcionarios del cuerpo de seguridad se llevaron equipos electrónicos, los teléfonos y la camioneta de Julio García durante el procedimiento. Previamente, al llegar a la urbanización, amenazaron al vigilante de las residencias con tumbar el portón si no se les daba paso.
Una vez en la casa de García, tocaron el timbre, llamado al que acudió la hija, que para entonces tenía 12 años, a quien los funcionarios le notificaron que estaban buscando a su padre.
La niña notificó a su familia y cuando el gremialista se asomó, los efectivos que ya habían saltado la reja principal de la residencia y se encontraban en las áreas verdes internas le conminaron a firmar una citación y, cuando García abrió la puerta, le esposaron inmediatamente. La casa le fue revisada antes de proceder a llevárselo detenido.
El hecho generó la reacción del Colegio de Enfermeras del Distrito Capital, de la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetrasalud) y de oenegés de DD.HH., entre otros.