El último ejército insurgente de Colombia es ahora la agrupación criminal más poderosa de Latinoamérica por su expansión en toda Colombia y en Venezuela y por su mayor participación en el tráfico de drogas.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha resistido los mejores esfuerzos del gobierno colombiano, y de su aliado Estados Unidos, durante más de cinco décadas. Amigos en altos cargos en Caracas han ayudado al ELN a convertirse en un ejército revolucionario colombo-venezolano, lo que tendrá profundas consecuencias para ambos países y para el panorama criminal de la región.
Sin embargo, en la región habita una gama cada vez más diversa de grupos criminales, muchos de los cuales ampliaron su territorio o sus economías criminales, o bien consolidaron su base de poder en 2019.
Esta lista solo incluye a los actores ilegales no estatales, pues deja de lado los gobiernos donde el crimen organizado ha penetrado a los más altos escalones y puesto los bienes del estado al servicio de la actividad criminal, como Venezuela y, posiblemente, Honduras.
InSight Crime lleva los dos últimos años trabajando en una metodología para medir y comparar a los grupos criminales de toda la región. Para ello hemos utilizado los siguientes indicadores:
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