A medida que avanza la cuarentena y como consecuencia de las fallas en la distribución de combustible, el transporte público luce cada vez más escaso en Valencia, debido a que en estos momentos sólo transitan las unidades que cargan gasoil (o diesel).
Las que se abastecen con gasolina -las más viejas, de entre 20 y 40 años de funcionamiento- han tenido que salir de circulación.
Del total del parque automotor, 50% trabaja con diesel, pero no todas las unidades de este grupo están activas todos los días, explica Adolfo Alfonzo, presidente del sindicato del transporte carabobeño.
Ocurre que con el despacho interdiario establecido por las autoridades, las que cargan en la estación de servicio pueden perder toda la jornada en esta tarea.
Por ello estarían realmente activas al día siguiente. Esto explica que, del total de camionetas o buses con motor a base de gasoil, la mitad trabaje un día de por medio.
El Carabobeño pudo constatar esta situación en la calle, este miércoles, en dos de los principales puntos de tránsito de la capital carabobeña, la avenida Bolívar Norte y la intersección de las avenidas Lara y Branger, donde se ve cada vez menos cantidad de vehículos de pasajeros.
A falta de gasolina, bueno es el gasoil
En la esquina de las avenidas Cedeño y Bolívar, donde suelen detenerse las unidades que proceden del sur y siguen hacia Naguanagua, hubo contadas camionetas la mañana de este miércoles.
Allí, Roger Martínez, integrante de la línea Unión Cementerio, que carga usuarios en Lara con Branger hasta Puente Bárbula, dijo que hay pocas busetas por falta de gasolina.

Martínez acotó que la situación se ha vuelto tan crítica que los buses a gasoil, que hacían rutas hacia otros estados desde el Big Low Center antes de la medida gubernamental de cierre del terminal terrestre, se han tenido que mudar a las rutas urbanas para responder a la demanda de los pasajeros valencianos.
Sin aumentos previstos
El hombre asegura que han acordado no aumentar el pasaje a pesar de los inconvenientes económicos que están comenzando a experimentar estos transportistas. Las tarifas se mantienen en cinco mil bolívares dentro del municipio (rutas cortas) y en ocho mil hacia otras localidades (las rutas largas).
Señaló que prefieren ser solidarios, no quieren afectar el bolsillo de la ciudadanía y menos en la coyuntura de la pandemia de coronavirus.
No obstante, en la avenida Lara, un colector señaló que en los últimos días se ha escuchado el rumor de que vendrá un aumento del pasaje, supuestamente acordado por los propios conductores, de 10 mil la ruta corta y 15 mil la ruta larga, debido a la carencia de combustible y porque a los choferes ya no les rinde el monto actual.
La merma de los Transdrácula
Los buses Transdrácula, que dependen de la Gobernación de Carabobo, también están trabajando muy limitadamente. En las inmediaciones del Rectorado de la Universidad de Carabobo, el conductor de uno de éstos señaló que sólo tres hacían la ruta de la avenida Bolívar, desde Naguanagua hasta la avenida Cedeño.
El colector, por su parte, indicó que bajó mucho la cantidad de usuarios, pero todavía se mantiene alta la demanda de transporte.
Para Guacara sólo ocho buses
En el caso de las rutas hacia Guacara y Flor Amarillo, desde la avenida Lara, permanecen algunas unidades aunque la cantidad de pasajeros resulta cada vez menor.

Señala un colector que desde y hacia el municipio guacareño laboran ocho autobuses, a una tarifa de 12 mil bolívares. Para Flor Amarillo, un número indeterminado de busetas cobra ocho mil.
El Metro, la alternativa desde Plaza de Toros solo para priorizados
La tercera ruta más transitada, la de avenida Lara con avenida Las Ferias, también se ha quedado desolada, con muy pocas unidades que transitan hacia la Plaza de Toros y de regreso.

En este lado de la ciudad, afortunadamente está el Metro de Valencia. Sin embargo, por estos días de cuarentena, no está permitido para el público en general, pero para los sectores priorizados aún constituye una manera de llegar hasta la avenida Bolívar.