Zona industrial
Así lucía la fachada de General Motors Venezolana en Valencia, antes de su cierre (Foto: Archivo/El Carabobeño)

Dayrí Blanco | @DayriBlanco07

Todo sigue apagado. Las máquinas no se encienden desde diciembre de 2015 en General Motors Venezolana (GMV). Pero ya el problema no es la materia prima importada, sino el embargo aplicado a la firma el 18 de abril de este año. La gerencia de la transnacional decidió retirarse del país, y no hay planes de volver.

Más de 20 trabajadores de la nómina de confianza fueron reclutados por la empresa en sus instalaciones de Brasil y Colombia. Fidel Ampueda, representante de sindical de la planta ubicada en Valencia, informó que desde la nación neogranadina hay planes de exportación de unidades hacia Latinoamérica, mientras que en la amazónica hay un fuerte cronograma de ensamblaje de varios modelos. El personal cesante de la compañía manufacturera de vehículos más grande de Venezuela, tiene la experiencia calificada para asumir esas labores.

El miércoles 14 de junio venció el amparo laboral emitido por el Ministerio del Trabajo a las dos mil 768 que eran parte de la firma en el país. Ahora son responsabilidad directa del Estado.

Ampueda aseguró que el reinicio de operaciones en la planta con otro nombre es un escenario descartado, ya que las matrices pertenecen a GMV con el nombre comercial de Chevrolet. Cambiar  r toda la maquinaria requeriría una inversión muy elevada en dólares.

Tras la medida de embargo ganada por un concesionario del estado Zulia que reclamó el incumplimiento de una deuda estimada en 476 mil millones de bolívares, cifra que, según la gerencia de la transnacional, excede toda lógica y haría inviable las actividades de la compañía en forma permanente. La empresa tiene la firme convicción de que el embargo es improcedente, “absurdo, fuera de la lógica jurídica y del debido proceso”.

La planta tiene una capacidad de producción de 45 mil unidades al año. En 2015 fue la última vez que colocó en el mercado sus productos. Fueron solo cinco mil 52 vehículos, lo que significa que trabajó a 11,23%, el peor registro en toda su historia de 60 años en el país. Tras 16 meses con las líneas paralizadas por falta de materia prima importada, económicamente se convirtió en un negocio insostenible.

 




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