La cuarentena fue una sorpresa para todos, nadie se la esperaba. Y con ella la rutina y la vida de la mayoría cambiaron radicalmente. Para Lutianny Suárez y Karla González, las primeras semanas fueron de profunda reflexión. Trataron de no dejarse agobiar por la paralización de sus actividades laborales, no fue fácil, pero consiguieron la manera de lograrlo.
Ambas son madres y tienen responsabilidades económicas. También son amigas y fue en esa complicidad de contarse sus preocupaciones que comenzaron a hacer planes juntas.
En principio surgieron muchas ideas diferentes y ninguna las convencía por completo. Pero no se detuvieron. Siguieron debatiendo entre ellas entre las funciones habituales en casa combinadas con las clases online de sus hijos.
“Como a todos los venezolanos esta situación nos tomó por sorpresa en casa, con los niños aquí, y bastante tiempo para idear y tomar conciencia de la situación y tener ideas”, relató Lutianny, quien es economista y abogada egresada de la Universidad de Carabobo (UC).
Lunes: Una nueva oportunidad
Fue un día, mientras manejaba, que se le ocurrió que el nombre de la marca que estaba ideando debía ser lo más simple posible, que conectara con sus posibles clientes y sus emociones y que tuviese la capacidad de ser recordado fácilmente.
“Cuando estábamos buscando el nombre del emprendimiento surgieron muchas ideas, entre las sílabas de los apellidos de ambas, y eran palabras muy complicadas. Pensé en un día de la semana, tenía en la mente jueves o viernes y a Karla se le ocurrió lunes”.
Y así surgió todo. Para ellas no es una simple marca, ni unas prendas de vestir más las que vende. Para ellas es entregarle a cada cliente el valor de que sí se puede salir adelante, empezar de cero y sobrevivir económicamente en una Venezuela cargada de crisis.
“Lunes es la nueva oportunidad que tenemos todas las semanas de comenzar, de continuar ese proyecto, tomar la decisión, dar ese paso, no nos vamos a detener sino que vamos hacia adelante”.
Crecer cada día
Ellas hablaron mucho antes de tomar la decisión. La intención de ambas siempre fue hacer algo que les garantizara rentabilidad, que pudieran mantener en el tiempo y que las distinguiera de la competencia.
“Compartimos ideas y nos preguntamos qué más podíamos hacer, en qué mundo podíamos incursionar y surgió la idea de las franelas para damas, buscando hacer algo diferente entre las dos”, señaló Karla.
Pero no sabían nada del negocio. Ni de confección ni diseño. “Empezamos de cero, estudiamos, leímos, investigamos, hasta que logramos lo que hoy tenemos”.
Ellas envían sus ideas de estampado a un diseñador, y después de varias ediciones y de conseguir exactamente lo que tenían en su mente, lo envían a un taller de costura en Barquisimeto.
“Tratamos de no repetir modelos, somos detallistas, hacemos diseños personalizados, le ponemos corazón porque buscamos que a la persona que compre una prenda de Lunes se le quede grabado por sus detalles”.
Apenas están comenzando pero tienen grandes metas. Por ahora son solo una tienda online, pero esperan tener una física próximamente y ampliar su gama de productos con una línea de infantil y otra de caballeros. Todo con la intención de cambiar la concepción que se tiene de los lunes, dejar atrás esa idea de que es un día pesado y difícil y asumirlo como una nueva oportunidad de comenzar de nuevo.