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Director para Venezuela de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), Geoff Ramsey, junto a Clara Ramírez, directora de documentación y derechos humanos de Fundaredes. Foto: Carlos Eduardo Ramírez/ DLA.

Mariana Duque/ Diario de los Andes

Que la administración del presidente de Colombia, Gustavo Petro, tenga una crítica clara sobre la falta de democracia y del respeto a los derechos humanos en Venezuela, considera el director para Venezuela de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), Geoff Ramsey. «Es el paso que tiene que dar el nuevo gobierno colombiano previo a una posible apertura de fronteras entre ambas naciones».

La afirmación la realizó en entrevista con Diario de Los Andes en el marco de su visita al estado Táchira (Venezuela), durante la cual se reunió con algunas organizaciones defensoras de derechos humanos, dirigentes estudiantiles, periodistas y actores sociales de la entidad, para verificar lo que ocurre en esta zona de frontera con Colombia. También visitó la Universidad de Los Andes (ULA) y la Universidad Nacional Experimental del Táchira (Unet) para conocer los problemas de infraestructura y presupuesto que enfrentan ambas casas de estudio.

Ramsey considera que el gobierno colombiano debe tener un enfoque más claro en materia de derechos humanos sobre Venezuela, a pesar de que Gustavo Petro haya aclarado que el modelo de gobierno de Nicolás Maduro no es el que busca seguir.

“A mí me gustaría ver una crítica más clara sobre la falta de democracia, la falta de respeto a los derechos humanos en Venezuela. Creo que eso podría ser acompañado por una apuesta al diálogo, cosa que creo que le interesa al gobierno colombiano, es decir, de la administración Petro me gustaría ver una concepción más clara de la importancia de seguir impulsando soluciones negociadas, un diálogo político en el país, y también seguir denunciando la falta de institucionalidad democrática y las violaciones de derechos humanos en el país”, expresó.

Destacó que hay países europeos que mantienen una relación diplomática con Maduro y esto no ha sido un impedimento para criticar las violaciones a los derechos humanos, por lo que está convencido en que Colombia puede hacer lo mismo.

A continuación, parte de la entrevista con el director de Wola en Venezuela

¿Cuál es el motivo de su visita a Venezuela?

-Wola es una organización que lleva años trabajando hacia una solución pacífica, democrática a la crisis en Venezuela, que pueda restaurar la institucionalidad democrática en este país. Nosotros pensamos que la única manera de llegar a una solución democrática, es a través de acuerdos políticos que puedan garantizar elecciones libres y cualquier conversación sobre una solución política.

La crisis en Venezuela tiene que pasar por la justicia, el respeto a los derechos humanos, por reconocer las conclusiones y los informes de la Alta Comisionada de Derechos Humanos, Michelle Bachelet, y la Misión Independiente de Determinación de Hechos de la ONU.

¿Qué ha observado durante su visita?

-Veo a un país que está atravesando por una crisis profunda de derechos humanos, de un contexto autoritario, que necesita soluciones a la realidad del día a día de la situación en el país.

Usted comentaba que la Misión de Determinación de Hechos estaba a punto de renovarse en Venezuela, coméntenos un poco sobre esta misión.

-La Misión de Determinación de Hechos es un mecanismo auspiciado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, es un grupo de tres expertos que han tenido acceso importante a víctimas de violaciones de derechos humanos, a funcionarios y a exfuncionarios de las propias fuerzas de seguridad venezolanas, y es una institución que ha podido documentar violaciones sistémicas de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad como sería la ejecución extrajudicial, la tortura y la represión sistémica.

El mandato de la Misión vence en septiembre, y nosotros en Wola formamos parte de una coalición de organizaciones que ha empujado, ha insistido en la necesidad de renovar ese mandato porque la Misión ha publicado dos informes muy contundentes, documentando la sistémica violación de derechos humanos en el país.

¿En qué áreas nota usted que Venezuela presenta más deficiencias en cuanto a la violación de derechos humanos?

Creo que el sistema judicial en Venezuela ha mostrado una clara deficiencia. El último informe de la Misión de Determinación de Hechos de la ONU lo dice claramente, que en Venezuela el poder jurídico ha sido básicamente cooptado por el Poder Ejecutivo.

Yo creo que se ha hablado mucho en espacios internacionales sobre la posibilidad de reimpulsar un proceso de diálogo político en este país, cosa que a mi juicio es muy importante. Yo creo que cualquier diálogo tiene que reconocer las recomendaciones de la Misión de Determinación de Hechos en Venezuela, que hace una serie de propuestas para reformar el poder jurídico en el país, que podrían construir unas instituciones más confiables, con más autonomía, que podrían ser capaces de avanzar hacia la justicia real en los casos emblemáticos que todos conocemos en este país.

¿Cómo ve la situación de la migración venezolana, sobre todo cuando hacia los Estados Unidos es a donde está yendo la mayor parte?

-Venezuela sigue pasando por una crisis grave, y la prueba es que hasta ahora han salido más de 6 millones de venezolanos hacia el exterior. Nos preocupa mucho lo que tienen que pasar los que están huyendo del país, sobre todo los que están huyendo por la selva del Darién. Sabemos que hoy en día son el grupo de los venezolanos más grande, los que están pasando por Panamá, cosa que hace dos años fue impensado. Así que para nosotros es fundamental que los países de destino de los venezolanos, sigan impulsando la regularización de los venezolanos migrantes y refugiados.

Vemos con muy buenos ojos las medidas que ha tomado el gobierno colombiano, dándoles un estado regular a casi 2 millones de venezolanos en ese país. Estados Unidos también ha impulsado un estado de protección temporal. Creemos que otros países en el hemisferio deberían impulsar medidas parecidas.

Sin embargo, en México es en donde hay mayor riesgo de deportación

-La dinámica en la frontera del sur de los Estados Unidos es algo muy preocupante para nosotros. Hemos visto cómo los porcentajes de venezolanos y migrantes de otros países también, como los nicaragüenses, cubanos, están creciendo. Hace unos años la gran mayoría de los migrantes detenidos en la frontera del sur de los Estados Unidos eran centroamericanos. Hoy en día estamos viendo un crecimiento importante de los venezolanos en esta población.

Se ha visto un incremento de casos de trata en venezolanos migrantes en diversos países del mundo, reflejado por el informe de 2021 de la Embajada de los Estados Unidos. En una investigación periodística descubrimos que los menores de edad venezolanos son usados para captar a otros niños para esta misma práctica de la trata. ¿Cree que hay alguna forma de detener o disminuir este delito hacia los venezolanos?

-Creo que es fundamental que los sistemas de justicia de los países de destino sigan dándole prioridad a este tipo de casos, sin embargo, sabemos que uno de los obstáculos más grandes en la investigación en este tipo de casos es la falta de acceso a estado regular. En muchas situaciones las victimas de trata temen denunciar sus casos ante las autoridades porque están en situaciones irregulares, no tienen los documentos formales para estar en esos países, así que para nosotros es fundamental que todos los países en las américas sigan apostando en crear caminos hacia el estado regular, para quienes están huyendo de la crisis en Venezuela.

El tema de las sanciones. En Colombia los empresarios tienen preocupaciones por la seguridad jurídica al hacer negocios con Venezuela. ¿Podría el tema de las sanciones de Estados Unidos sobre el país afectar a los empresarios colombianos?

-Eso depende de qué empresas estamos hablando. Si es cierto que por las sanciones financieras emitidas desde el año 2017 y también por algunas de las sanciones secundarias anunciadas en el año 2019, si es cierto que está prohibido cualquier tipo de relación económica con instituciones del Estado venezolano. Sin embargo, sí creo que hay un interés de parte de la administración Biden en alguna flexibilización de esas sanciones, pero hasta ahora hemos visto una línea pública clara de parte de las autoridades estadounidenses en la necesidad de que esa flexibilización venga a cambio de avances en el proceso de diálogo con la oposición política venezolana, cosa que lamentablemente ha sido congelada desde el año pasado.

En Venezuela las autoridades culpan a las sanciones de la escasez, falta de ambulancias, de gasolina. ¿Puede ser cierto?

-La verdad es que la realidad de la emergencia humanitaria compleja en Venezuela inició mucho antes de las primeras sanciones sectoriales en el año 2017. Vimos denuncias de la falta de medicina, de la desnutrición por falta de acceso a la comida en Venezuela, muchos años antes de las primeras sanciones sectoriales. Se podría decir que las sanciones sectoriales podrían agravar esa emergencia humanitaria, pero es necesario reconocer que la emergencia humanitaria inició mucho antes de ese tipo de medidas.

¿Cómo ve la posible apertura de la frontera colombo- venezolana?, ¿es viable?, ¿qué temas cree que deberían darse entre ambas naciones para esa apertura?

– Creo que cualquier conversación entre los gobiernos colombianos y venezolanos deben tener como un enfoque la retoma de relaciones consulares, con un reconocimiento de la necesidad de regular el acceso a documentación tanto para los venezolanos que están en Colombia, como para los colombianos que están en Venezuela. Los dos países no han tenido relaciones consulares en los últimos años, y eso ha dado una situación en la cual muchos de sus ciudadanos carecen de servicios importantes de sus propios gobiernos.

Lo que me gustaría ver del gobierno colombiano es un enfoque más claro en los derechos humanos, yo creo que si bien la administración de Petro ha dicho que el modelo de Nicolás Maduro no es un modelo que les interesa seguir, a mí me gustaría ver una crítica más clara sobre la falta de democracia, la falta de respeto a los derechos humanos en Venezuela. Creo que eso podría ser acompañado por una apuesta al diálogo, cosa que creo que le interesa al gobierno colombiano, es decir, creo que de la administración Petro me gustaría ver una concepción más clara de la importancia de seguir impulsando soluciones negociadas, un diálogo político en el país, y también seguir denunciando la falta de institucionalidad democrática y las violaciones de derechos humanos en el país (Venezuela).

No creo que uno tenga que elegir entre el uno y el otro, yo creo que se puede hacer ambos, y creo que el gobierno colombiano debería apostar en esa ruta.

¿Hacerlo no representa seguir con la ruptura de relaciones como en el gobierno de Duque?

-Podemos mirar hacia lo que están haciendo los gobiernos europeos. Muchos gobiernos europeos reconocen o tienen relaciones bilaterales con Caracas, con el gobierno defacto, sin embargo, siguen criticando la falta de un mandato democrático de parte de Nicolás Maduro, y siguen teniendo relaciones bilaterales. Creo que se puede seguir conversando, teniendo relaciones bilaterales con el gobierno defacto en Venezuela, sin abandonar la lucha de los derechos humanos.

¿Cómo ve la figura de Juan Guaidó en este momento?

-La verdad es que las encuestas lo muestran como una figura un poco debilitada. Yo creo que lo que se necesita ahora en Venezuela es una apuesta clara en una ruta, en una estrategia para lograr soluciones necesarias a la crisis en Venezuela.

Para los que vivimos en el exterior no nos queda muy claro hacia dónde va el liderazgo opositor en este momento. La comunidad internacional parece tener una idea más clara de la necesidad de intentar blindar la ruta electoral, de intentar avanzar hacia algunos acuerdos políticos, que la propia oposición venezolana.  Creo que hace falta más claridad sobre la necesidad de intentar avanzar en acuerdos políticos, acuerdos humanitarios, y corresponden a la necesidad de la población venezolana.

En tan poco tiempo que queda para unas elecciones presidenciales en Venezuela, ¿cree que se pueda llegar a un sistema electoral blindado?

-Eso depende de muchos factores, creo que hay que apostar a las recomendaciones de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea del año pasado. Creo que cualquier conversación sobre la ruta electoral en Venezuela, tiene que pasar por las recomendaciones de la Misión Europea, y también por lo que ha compartido la misión de las Naciones Unidas con el Consejo Nacional Electoral de manera privada. Entendemos que hubo una misión de la propia ONU a Venezuela durante las elecciones regionales, y ellos también compartieron recomendaciones claras con las autoridades electorales en Venezuela.

Lo que no hemos visto ahora es una voluntad política de parte del gobierno venezolano de volver a unas negociaciones con la oposición, para intentar construir esa ruta electoral de manera confiable.




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