“El cambio es a lo que más se resisten las personas, pero resulta que es lo más persistente en el mundo actúal”. N. Mirabal

Podría decirse que el Cambio Organizacional, es un proceso que la gerencia utiliza para que de manera efectiva se aprovechen todas las situaciones organizacionales, así como también los hechos exógenos, siempre en beneficio del logro de los objetivos de la institución. Por supuesto que esto implica, basado en la idea más simple del significado del cambio, el pasar de aspectos y situaciones de «cero» incertidumbre donde todo es conocido, cómodo y familiar, hacia situaciones desconocidas, incómodas y hasta en cierto modo, amenazantes, por lo que se necesita de la actuación gerencial como un catalizador para el recibimiento positivo de estos hechos organizacionales.

Existen gran cantidad de agentes, causa y/o elementos que pueden considerarse como generadores de lo que se conoce como «resistencia al cambio», natural en los seres humanos, ya que se trata de la transición de los conocido a lo desconocido, además de que siempre, inclusive en los procesos de cambio planificados y excelentemente ejecutados, producen un impacto y conductual a nivel personal e institucional, lo que requiere, de acuerdo a los especialistas, de un proceso efectivo de comunicación interpersonal y organizacional.

La posibilidad del cambio es una realidad, lo que ocurre es que cambiar significa ceder, renunciar a estructuras que se entienden como ciertas, la idea de cambio lleva implícita una sensación de pérdida y es por ello entonces que se produce la resistencia, porque implica modificar conductas, acciones y ello a su vez trae aparejado todo un universo de reformas, transformaciones e innovaciones nada fáciles de asumir.

Ahora bien, tal situación no solo aplica a los individuos, las organizaciones también están expuestas a los cambios, y al igual que los individuos, tienden a resistirse a los mismos. Se niegan a adaptarse a las diferentes transformaciones que se suceden en su entorno, interno o externo por cuanto es un proceso difícil y costoso.

El cambio es el paso de una situación permanente a otra idealizada a partir de una idea nueva que necesariamente implica innovación en algún aspecto de esa situación que era permanente. Es moverse desde una situación actual y estable, pasando por desequilibrios e inestabilidad, a otra situación diferente a la conocida. Existe además una relación de proporcionalidad que lleva a concluir que mientras más grande sea el cambio, más grande será en consecuencia la resistencia que se generará.

Por otra parte se debe comprender que la resistencia aparece como una reacción normal ante la inseguridad de lo que vendrá (algo no conocido e incierto), ante la idea inminente de pérdida de control, y dependerá de la percepción que ante tales cambio tenga cada individuo. Lo importante es entonces, poder manejar dicha resistencia de manera que no genere caos o interfiera en el cumplimiento de los objetivos que se persiguen con ese cambio o esos cambios que se pretenden implementar.

Se niegan a adaptarse a las diferentes transformaciones que se suceden en su entorno, interno o externo por cuanto es un proceso difícil y costoso. El cambio es el paso de una situación permanente a otra idealizada a partir de una idea nueva que necesariamente implica innovación en algún aspecto de esa situación que era permanente.

Es moverse desde una situación actual y estable, pasando por desequilibrios e inestabilidad, a otra situación diferente a la conocida. Existe además una relación de proporcionalidad que nos lleva a concluir que mientras más grande sea el cambio, más grande será en consecuencia la resistencia que se generará.

Al entender que el proceso de cambio organizacional debe ser planificado e implementado en función del diagnóstico que se ha elaborado de la institución, aparecen características que en la teoría, deben ser las que den paso y permitan un exitoso cambio en la organización, entre las cuales destacan la necesidad, basados en la adaptación al entorno y o condiciones intraorganizacionales. El liderazgo, como habilidad gerencial para transmitir y lograr una actitud positiva del personal hacia el proceso; gestión del cambio, para implementar y controlar dicho proceso, entre otras.

Asimismo, se requieren de algunas condiciones que debe poseer el líder para la conducción de estos procesos, lo que conducirá al establecimiento de estrategias de implementación y que en general, convierten a la institución en una organización que «aprende», lo que es el «ingrediente» fundamental en el proceso de cambio, convertir el conocimiento institucional en ventaja competitiva.

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