“Confiamos Venezuela al Niño Jesús para que se pueda retomar un diálogo sereno entre los diversos componentes sociales por el bien de todo el querido pueblo venezolano”. Papa Francisco

Ya llegó la Navidad. No dejes que la crisis o los problemas quiten ese espíritu navideño que tanto bien hace un final de cada año.

Los orígenes de las fiestas de Navidad son esencialmente paganos, aunque en nuestro país lo es religioso-cultural. La Navidad es uno de los eventos más importantes y extraordinarios celebrados por el ser humano. Esta festividad recuerda el grandioso nacimiento del más grande: El Niño Jesús, el Mesías, símbolo y fundador de la congregación religiosa más trascendental que ha existido en todos los tiempos: el cristianismo.

El festejo más antiguo de la Navidad data del siglo IV. A medida que fueron pasando los años, a la Navidad se fueron agregando nuevas costumbres, entre las más importantes están las cenas la noche del 24 de diciembre, Noche Buena. Además, se agregaron los villancicos que consisten en cantos populares dedicados al Niño Jesús, quien es el centro de la Navidad y la inspiración de la integración familiar para los verdaderos cristianos.

El 25 de diciembre, fecha en se celebra el nacimiento de Jesucristo, se escogió al azar, ya que no se tiene una fecha exacta que se haya podido comprobar para su nacimiento.
Se ha acogido transculturación como: Papá Noel, San Nicolás o Santa Claus, el árbol de la Navidad, la Misa del Gallo, los Reyes Magos, las coronas, las flores de Pascua, la simbolización del nacimiento o pesebre, llevado a cabo por San Francisco de Asís.

En la actualidad, la Navidad también es acogida como tiempo de reflexión, para pasar balance y despedida del año que termina. De hacer catarsis a la experiencia de vida en el año que finaliza, evaluar resultados y reclamar responsabilidades frente a las demandas ciudadanas pendientes desde el nacimiento mismo. Es tiempo de despertar frente a la ausencia de servicios públicos, a la corrupción y a la impunidad; además, es tiempo de despertar la conciencia y que la gente asuma participación activa en los asuntos públicos, vigilar y defender el buen uso, con transparencia de los recursos públicos.

Se debe destacar que es la época en la que más promoción se le hace al consumismo, provocando un despilfarro de regalos, propiedades y alimentos; olvidando a aquéllos que tanto lo necesitan y mueren de hambre cada día en todo el mundo.

Además, se debe enviar a todos un mensaje especial que está alejado del consumismo y reivindica la espiritualidad y la reflexión sobre la unidad y la paz. La Navidad es tiempo de reflexión, de reconciliación y de unidad. Las fiestas de diciembre contagian a todos y están llenas de buenos deseos. Es como si se hiciera una especie de tregua en las actividades diarias para reflexionar sobre la vida y su futuro próximo durante el último mes del año

Se está celebrando una Navidad más, donde todos los cristianos recuerdan el nacimiento del Niño Jesús, una oportunidad donde la mayoría de las personas se dan permiso para compartir en familia y ser felices -cada uno a su manera- pues ésa es la principal característica de esta época del año. En esta fecha, la mayoría se olvida por un instante de todos los problemas y empieza a soñar con un mundo mejor, de buenas nuevas y mejores oportunidades.

Al margen de todo lo bueno que se pueda, la Navidad debe ser un tiempo de reflexión personal, para evaluar cosas buenas, malas, aciertos y desaciertos en el modo de vivir y proceder, sobre todo buscar puentes de fraternidad para perdonar a quienes alguna vez ofendieron de palabra, obra u omisión, esa debe ser la razón de la Navidad.

La Navidad es un momento de paz, de unión familiar. Todos deben reconsiderar sus fallas y poner su granito de arena para que la familia se una, pese a las diferencias, Es importante fortalecer la unidad familiar como núcleo central de la sociedad, pero no como algo material, sino espiritual. El mejor regalo es tener a los que amamos cerca, el otro mejor obsequio de Navidad se tiene todos los días cuando amanece y se està vivo y puede tener alrededor a los seres que se aman. En esta fecha se busca la paz y la justicia. La llegada de Jesús es una expresión del amor de Dios, por eso la Navidad debería ser de espiritualidad, basada en el respeto a los demás y en la búsqueda de paz y justicia.

Tristemente, la Navidad se ha convertido en una celebración donde Jesús, quien es el protagonista principal, no es el invitado de honor; se tienen las fiestas, se tiene la novena, se tienen los regalos, pero lo que cada vez menos se tiene es a aquél que da vida a la Navidad. Las calles se llenan de luces; sin embargo, aquél que dijo «yo soy la luz del mundo» está ausente.

Aunque se sabe que todo está muy caro y que salir de casa se ha convertido en una forma de seguir, se debe aprovechar estas fechas para que los familiares visiten los seres queridos que están lejos, pero no tan lejos. Las navidades son desde hace mucho tiempo en las tradiciones venezolanas que más se conservan, sobre todo en el interior del país. Compartir en familia unas hallacas, pan de jamón, ensalada de gallina y un buen dulce de lechosa, escuchar aguinaldos o gaitas, recuerdos de recuerdos y placenteros en la vida de todo venezolano. Estas son fechas absolutamente familiares y aunque los pases con amigos fuera de casa, siempre recordaremos a nuestros padres, hermanos familiares ausentes en la cena de Nochebuena, el 31 de diciembre cuando termina el año y comienza otro.

En conclusión, la Navidad no sólo son regalos, tampoco es fiesta pagana, Navidad es tiempo de reflexión, es acordarse de los que menos tienen y compartir lo poco que se tiene, porque recuerden que mientras en muchas mesas no tendrán ni que comer a la media noche, muchos disfrutarán de la cena de Navidad. Con abundancia o escasez, con salud o sin ésta, que tengan una feliz Navidad, confiando que el mañana será diferente si se logra en cambiar el estilo de vida por el sendero de la humildad y la sencillez.

Sin lugar a dudas, que si los líderes tanto públicos como privados trabajasen juntos por un uso transparente y ético de los recursos públicos cada año habrá más venezolanos felices en Navidad y Año Nuevo.




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