Gerencia en Acción/ Los dictadores y los principios de Joseph Goebbels

El padre de la propaganda nazi fue Joseph Goobbels, responsable del Ministerio de Educación Popular Y Propaganda www.google.com

Joseph Goebbels fue el padre de la propaganda nazi y responsable del Ministerio de Educación Popular y Propaganda, creado por A. Hitler a su llegada al poder en 1933.

Goebbels había sido el director de la tarea comunicativa del Partido Nazi y el gran arquitecto del ascenso al poder. Una vez en el gobierno y con las manos libres para monopolizar el aparato mediático estadal. Goebbels prohibió todas las publicaciones y medios de comunicación fuera de su control y orquestó un sistema de consignas para ser transmitido mediante un poder centralizado del cine, la radio, el teatro, la literatura y la prensa. Era también el encargado de promocionar o hacer públicos los avisos del gobierno.

Joseph Goebbels, el “enano cojo y diabólico” tan y como lo definía Goering, desarrolló durante su infancia un “enorme complejo de inferioridad” debido a su escasa estatura y a una malformación en el pie que le condenaría a una cojera permanente.

Los historiadores lo describen como un enano místico, resentido, cojo, con un gran complejo de inferioridad, con estudios de letras y que, encima, cuando acaba sus estudios encuentra un misero trabajo en el Dresdner Bank, lo que le frustra todavía más llevándole a odiar a todo el que se le pone por delante, incluyendo a sus propios compatriotas, las mujeres, los comunistas, los judíos y los burgueses. ¡Vaya personaje!.

A continuación se describen los once principios de Joseph Goebbels y cómo son utilizados en la actualidad por los regímenes dictatoriales:

 Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo
 Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en una suma de individualizada
 Principio de transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que los distraigan
 Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en la amenaza grave
 Principio de la vulgarización. Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida, Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión es escasa: además, tienen gran facilidad para olvidar
 Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetidas incansablemente presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira es repetida lo suficiente acaba de convertirse en verdad”.
 Principio de renovación. Hay que emitir constantemente información y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público está ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
 Principio de la verosimilitud, Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de información fragmentarias.
 Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
 Principio de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas
 Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente de que piensa “como todo el mundo”, creando una falsa impresión de unanimidad.

El creador de estos principios fue Paul Joseph Goebbels, un político alemán que ocupó el cargo de Ministro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich entre 1933 y 1945. Fue una de las figuras fuertes dentro del nazismo. Hombre de confianza de Hitler.

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente la posición de El Carabobeño sobre el tema en cuestión.

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Chichí Páez
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