«GGG» y «Canelo» dieron el peso y calentaron ambiente previo a la gran batalla

El mexicano Saúl «Canelo» Alvarez y el kazajo Gennady Golovkin prometieron una respectiva victoria por nocaut este sábado en el T-Mobile Arena de Las Vegas en medio de una guerra verbal durante el pesaje que ha incluido acusaciones de dopaje y presuntos chantajes.

Ambos púgiles cumplieron con el pesaje en una arena abarrotada de aficionados, en medio del ambiente de fiesta que rodea la ciudad del juego, en el estado de Nevada, por la conmemoración de la Independencia de México.

«Canelo» pesó 159,4 libras y el kazajo 159,6, oficializando la contienda que busca dirimir al mejor de los medianos.

El careo entre ambos pugilistas fue interrumpido por empujones entre los dos contendientes y sus equipos de trabajo.

El ganador de esta pelea recibirá un cinturón conmemorativo del CMB por la Independencia que incluye ámbar y textiles chiapanecos.

A diferencia del primer combate esta cita se ha caracterizado por los ataques entre ambos boxeadores, luego que «Canelo» diera positivo en una prueba antidoping a inicios de año, lo que prolongó el desempate que había sido programado para mayo.

Mientras Golovkin ha acusado a Alvarez de ser el rival más tramposo al que ha enfrentado, el mexicano cree que su rival kazajo, simplemente, tiene miedo y está buscando excusas para justificar una posible derrota.

Luego de empatar en una polémica pelea hace un año, en donde los jueces no vieron ganar a Golovkin como la mayoría de aficionados, un combate de desempate era obligatorio para aplacar las críticas de un posible favoritismo hacia el mexicano.

Desde antes de la primera pelea, el presidente de Golden Boy Promotions, Oscar De La Hoya, dijo que Alvarez y Golovkin se verían las caras en más de una ocasión y que esta rivalidad bien puede alcanzar los tintes de épicos de otros combates en esta categoría y que involucraron a figuras como Marvin Hagler, Thomas Hearns y al panameño Roberto “Mano de Piedra” Durán.