El Gobierno argentino está «atento a la investigación» del atentado cometido el 1 de septiembre contra la vicepresidenta, Cristina Fernández, tras la imputación de los dos sospechosos del ataque, indicó este jueves la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti.
“La investigación la está llevando adelante la Justicia”, respondió la vocera en una rueda de prensa ofrecida en la Casa Rosada, sede del Ejecutivo, ante la pregunta de si el Gobierno cree que hay una organización detrás del atentado.
“El Gobierno está atento a la investigación y a lo que va saliendo. Hubo anoche una imputación y la leímos atentamente. Estamos siguiendo lo que la Justicia va avanzando en la investigación y lo que va determinando”, agregó.
Con eso se refirió a la imputación de la Justicia argentina a Fernando Andre Sabag Montiel y a Brenda Elizabeth Uliarte por «haber intentado dar muerte» a la exmandataria de Argentina (2007-2015) el pasado jueves 1 de septiembre «con la planificación y acuerdo previo entre ambos».
Según el documento, el imputado Sabag Montiel, «aprovechando el estado de indefensión generado por la multitud», apuntó al rostro de Fernández «con una pistola semiautomática de acción simple, calibre 32, marca Bersa, modelo Lusber», que accionó «al menos una ocasión sin que se produzca el disparo», pese a contar con «cinco cartuchos de bala del mismo calibre y resultar aptas».
La sospechosa Uliarte, pareja del otro imputado, «estaba presente en las inmediaciones del lugar al cual arribaron conjuntamente».
Las investigaciones determinaron que los sospechosos tenían el arma y sus municiones «desde una fecha anterior al hecho», como mínimo desde el 5 de agosto de 2021, «sin contar con la debida autorización legal».
Igualmente, la Justicia continúa con «el peritaje del teléfono de Brenda Elizabeth Uliarte y 6 teléfonos más».
Este jueves se cumple una semana desde que la vicepresidenta Cristina Fernández sufriera un atentado cuando regresaba a su domicilio y saludaba a sus seguidores que, desde el 22 de agosto, instalaron una vigilia en los alrededores de la vivienda, situada en el barrio capitalino de Recoleta.
Debido a que la exmandataria estuvo seis minutos más saludando a gente después de que le apuntaran con el arma, hubo críticas a sus guardaespaldas por no haberla protegido y aislado de inmediato, lo que provocó la renuncia del ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, aunque no fue aceptada.
El ataque a Cristina Fernández se dio en un contexto de fuerte tensión política entre el oficialismo y la oposición, que creció desde el 22 de agosto, cuando un fiscal solicitó para ella una condena de 12 años de prisión en el marco del juicio oral al que es sometida por presuntas irregularidades en la concesión de obras públicas durante su Gobierno.
