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Cuba será la nueva sede de los diálogos de paz entre el gobierno de Colombia y la guerrilla ELN, luego de que Ecuador se marginara sorpresivamente de las pláticas que buscan poner fin a un conflicto armado de medio siglo.

Las partes retomarán la próxima semana las conversaciones, suspendidas desde el mes pasado. «Luego de examinar conjuntamente las opciones para reanudar los diálogos lo más pronto posible, hemos decidido continuar el quinto ciclo en la ciudad de La Habana (Cuba) a partir de la próxima semana», indicaron este sábado las partes en un comunicado oficial.

La Habana fue la sede durante cuatro años de los diálogos con las entonces Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que finalizaron en 2016 con la firma de un histórico acuerdo que desarmó y transformó en partido político a la poderosa exguerrilla comunista.

Cuba además fue junto a Venezuela, Noruega y Chile una de las naciones garantes del pacto con la que fue la guerrilla más fuerte del continente, y también lo es de los diálogos con el ELN.

«Esperamos ir avanzando muy rápido», declaró el presidente Juan Manuel Santos.

Tanto el gobierno colombiano como las FARC destacaron las facilidades que brinda la isla comunista para dialogar, especialmente por las garantías de privacidad que ofrece.

Para el jefe de la delegación de paz del gobierno, Gustavo Bell, el anuncio de reanudación de las pláticas en La Habana reitera la firme voluntad de la mesa de seguir trabajando por el desarrollo de la agenda que permita suscribir un acuerdo final para terminar el conflicto armado, según un boletín.

Ecuador había acogido las negociaciones de Bogotá con el ELN, reconocido como último grupo rebelde de Colombia, con unos mil 500 combatientes, desde febrero de 2017.

Pero el 18 de abril el mandatario ecuatoriano, Lenín Moreno, anunció que su país dejaba de acoger las conversaciones tras inusitados ataques y secuestros realizados por disidentes de las FARC en su territorio. Por ello, las pláticas se suspendieron oficialmente el 20 de abril.

En el marco de esa ola de violencia un equipo periodístico del diario El Comercio de Quito fue secuestrado y asesinado en cautiverio. Además, una pareja ecuatoriana permanece retenida por los disidentes, que se adjudicaron el asesinato de los comunicadores.

También cuatro militares murieron por la explosión de una bomba.

Moreno también afirmó que Ecuador abandonaba su posición de país garante mientras el ELN no se comprometa a dejar de cumplir actividades terroristas.

Cuando iniciaron las conversaciones de paz estaba previsto que los países garantes -Brasil, Chile, Cuba, Noruega y Venezuela- albergaran alternadamente las mesas de diálogos.

Santos había dicho hace dos semanas, sin mencionar a Venezuela, que los garantes se habían ofrecido para recibir a las delegaciones del proceso de paz.

Es un apoyo que valoramos y que tendremos en cuenta en un futuro inmediato, añadió Bell este sábado.

Nuevo cese al fuego

En el momento de la suspensión de la quinta ronda de negociaciones, que había iniciado el 15 de marzo en Quito, el gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) negociaban un alto al fuego bilateral luego de descongelar el proceso tras una crisis que desató el recrudecimiento de los enfrentamientos.

El trabajo de este quinto ciclo seguirá concentrado en acordar un nuevo cese al fuego y el diseño de la participación de la sociedad, que impulsen el desarrollo de la agenda y la posibilidad de llegar a un Acuerdo Marco, agregaron las partes.

El ELN y el gobierno decretaron en septiembre, en el marco de la mesa de negociaciones, un inédito alto al fuego de tres meses (entre octubre y enero). Los diálogos estuvieron en jaque tras el fin de la tregua por una arremetida rebelde y una posterior contraofensiva estatal.

Expertos han advertido de la complejidad de negociar con esta guerrilla guevarista por su estructura federada que concede autonomía militar a sus frentes.

Además, ponen en entredicho su unidad de mando y la voluntad de dejar las armas de algunos de sus frentes, especialmente los que operan en zonas fronterizas que sirven como ruta para el narcotráfico.

Santos busca con el ELN la «paz completa» de Colombia, que durante medio siglo se ha desangrado en un conflicto armado que ha enfrentado a guerrillas, paramilitares, narcotraficantes y agentes estatales, dejando unos ocho millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados.




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