El gobierno español aprobó este viernes facilitar la salida de empresas de Cataluña, incrementando la presión sobre las pretensiones independentistas catalanas, si bien rebajó el tono al pedir disculpas por los heridos en el referéndum prohibido del domingo.
En Barcelona, el delegado del gobierno español en Cataluña, Enric Millo, pidió disculpas por los heridos causados por la policía al tratar de impedir el referéndum y expresó su esperanza de encauzar la crisis.
«Cuando he visto estas imágenes, y sé que hay gente que ha recibido golpes, y empujones, incluso hay una persona que está aún hoy hospitalizada, no puedo hacer nada más que lamentarlo, pedir disculpas en nombre de los agentes», dijo Millo.
«Es algo que todos lamentamos», abundó el portavoz del gobierno español, Íñigo Méndez de Vigo, refiriéndose a los heridos, antes de solicitar elecciones regionales en Cataluña para salir del impase.
Por el lado del gobierno catalán, el responsable de Empresa Santi Vila -una figura moderada que cobra peso- reclamó un «alto el fuego» con el ejecutivo central de Mariano Rajoy, y propuso posponer la declaración de independencia de Cataluña a cambio de que no se suspenda la autonomía regional.
Hasta el momento, y tras el referéndum del domingo, el gobierno catalán de Carles Puigdemont no ha dado marcha atrás en su plan de declarar unilateralmente la independencia si ganaba el sí, que es la condición que exige el gobierno central de Rajoy para dialogar.
Puigdemont pidió comparecer en el parlamento regional el martes después de la suspensión judicial del pleno previsto para el lunes en el que debía «valorar los resultados y los efectos del referendo» prohibido del domingo.