El Gobierno venezolano anunció este domingo el establecimiento de una jornada laboral reducida y el mantenimiento de la suspensión de las clases por los daños de consideración que sufre el sistema eléctrico del país como consecuencia de los "ataques terroristas", que, asegura, ha sufrido.
El Gobierno venezolano "ha decidido mantener suspendidas las actividades escolares en todo los niveles del sistema educativo y se establece una jornada laboral diaria especial hasta las 2 de la tarde en instituciones públicas y privadas", indicó el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, en un comunicado.
Venezuela sufre una cadena de apagones desde el pasado lunes que han paralizado las actividades normales en la práctica totalidad del país y provocado un problema de abasto de agua potable, provocando las primeras protestas en diversos zonas del territorio venezolano en contra del Gobierno de Maduro.
Rodríguez señaló que el Ejecutivo se mantiene imprimiendo toda su fuerza junto a los trabajadores de la empresa eléctrica Corpoelec para estabilizar el sistema de energía en todo el país.
Agregó que "los atentados terroristas perpetrados por manos criminales que ya habían anunciado su propósito de manera descarada en distintas alocuciones públicas en días anteriores produjo daños de consideración" en el patio de transmisión de la central hidroeléctrica del Guri, la principal del país.
También afectó, dijo, al entramado de las líneas de transmisión, los procesos de conexión y automatización del funcionamiento de las máquinas de generación, del proceso de transmisión y en la distribución de la corriente eléctrica.
Afirmó que estas agresiones de características multiformes han provocado significativos niveles de destrucción de equipos e interrupción de procesos acoplados necesarios.
Hasta ahora el Gobierno ha responsabilizado a la oposición venezolana y a la Administración de Estados Unidos por "atacar" el sistema eléctrico con métodos electromagnéticos, mecánicos, fusil de larga distancia e incendios.
El Gobierno de Maduro también ha admitido una falla en el sistema aunque como consecuencia de los "ataques terroristas" previos.
La oposición venezolana, por su parte, culpa al Gobierno y a la estatal Corporación Eléctrica (Corpoelec) por el aumento de estos apagones que comenzaron hace una década y se fueron haciendo frecuentes especialmente en regiones lejanas a Caracas.