Foto: Cristian Vera

El gobierno de Nicolás Maduro y la oposición proseguirán este sábado un diálogo que busca resolver la grave crisis de Venezuela, en un campo minado al estar en disputa la continuidad del chavismo en el poder.

Tras 4 horas de deliberaciones la noche del viernes en un hotel de Caracas, las partes acordaron continuar la segunda ronda de diálogo el sábado desde las 10:00 locales.

Se avanzó en acuerdos fundamentales, cuyos contenidos exactos serán revelados al final de la reunión, dijo a la prensa el secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Ernesto Samper, al anunciar la extensión de la cita junto al enviado del papa Francisco, monseñor Claudio María Celli.

El Vaticano y Unasur fungen como acompañantes del diálogo iniciado el 30 de octubre.

Me pareció que brotaba durante los trabajos el deseo de encontrar soluciones positivas, compartidas, a los problemas del país, comentó Celli.

Samper indicó que en el encuentro fueron revisados los avances de cuatro mesas temáticas. Se hizo un análisis serio de la agenda electoral, sostuvo.

La coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) exige un referendo revocatorio contra Maduro este año y, como alternativa, elecciones generales en el primer trimestre de 2017.

He hecho todo lo posible e imposible para que haya diálogo de paz con la derecha y estoy dispuesto a seguir, pero sin ultimátum, sin bravuconerías, dijo Maduro horas antes del encuentro, al que envió un documento con su visión de la crisis.

El diálogo se abrió cuando la tensión estaba al tope por la suspensión, el 20 de octubre, del referendo con el que la MUD buscaba revocar el mandato de Maduro. De no prosperar el proceso, el conflicto podría escalar de nuevo.

La MUD ha amenazado con retirarse de la mesa y retomar su ofensiva si no se discute una salida electoral. A la espera de gestos, el 1 de noviembre postergó un juicio sobre la responsabilidad de Maduro en la crisis y una marcha al palacio presidencial de Miraflores.

Maduro se ve terminando su mandato en enero de 2019, al señalar lo que el gobierno espera del diálogo: «Que podamos navegar las aguas de lo que queda del año 2016, los años 2017 y 2018».

«No hay referéndum ni hay elecciones generales, aquí lo que hay es revolución», manifestó, Diosdado Cabello.

A la cita asisten además los exgobernantes José Luis Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá).

Bomba económica

Luego de la tregua de once días, la oposición, que quiere evitar que el gobierno use el diálogo para ganar tiempo, exige resultados concretos.

Venezuela es una olla de presión y la válvula, que era el revocatorio, la soldaron. O nos devuelven el referendo o se activa un acuerdo para adelantar elecciones, declaró el viernes el portavoz de la MUD, Jesús Torrealba.

Sin embargo, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) rechazó el viernes un recurso de la MUD para reactivar el referendo.

Resolver lo económico es mi obsesión, afirmó Maduro.

Pero para la oposición un cambio de gobierno es la única salida a la devastación económica del país petrolero, agobiado por la falta de alimentos y medicinas, y una inflación que rondará este año 475% según el FMI.

Los venezolanos necesitamos señales de cambio. Estamos al límite, la situación económica es una bomba que puede explotar, declaró el excandidato presidencial Henrique Capriles.

Negociando imposibles

Analistas ven improbable que el gobierno acepte reactivar el referendo o adelantar elecciones. Según el analista Luis Vicente León, porque ello implicaría la salida del chavismo del poder, dada la impopularidad de Maduro.

Parece que la tendencia de la oposición es negociar imposibles, declaró el politólogo socialista Nícmer Evans, fuerte crítico de Maduro.

Para Evans la MUD se equivocó al paralizar, antes de ver frutos del diálogo, la movilización de calle, quedándose sin mecanismo de presión; y en pedirle al otro que entregue todo (el poder) a cambio de nada.

Además de desactivar las protestas, la presión internacional bajó con el diálogo, apoyado incluso por Estados Unidos, aunque la elección de Donald Trump abre interrogantes sobre ese respaldo.

Los analistas ven más factible avanzar en otras demandas opositoras como la liberación de políticos presos y en un canal humanitario de suministro de alimentos y medicinas.

La MUD también pide la sustitución de autoridades electorales y de justicia (a las que acusa de oficialistas) y la restitución del Parlamento, que domina pero fue declarado en desacato por la corte suprema.




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