Foto referencial EFE
El Gobierno de Colombia adelanta desde hace cuatro meses un proceso con 12 grupos criminales de Medellín para lograr una «paz urbana» que ya logró «el cese de torturas, desapariciones y asesinatos», informó el Alto Comisionado para la Paz.

«Durante este tiempo se ha llevado a cabo la fase de acercamiento, que cuenta con mecanismos de verificación de la reducción de la violencia», informó el organismo a través de un comunicado, en el que indicó que ambas partes adoptaron compromisos «con la verdad, con no hacer trampas ni engaños y con abstenerse de incluir en el proceso a personas ajenas al mismo».

Se trata del tercer proceso urbano que emprende el Gobierno con grupos criminales, encargados de muchos de los delitos como homicidios, microtráfico o secuestros en las urbes, después del iniciado en la ciudad portuaria de Buenaventura y en la de Quibdó, ambas en el Pacífico, pero la primera en una ciudad grande, la segunda más importante del país.

Desde el Gobierno aseguran que existen «garantías» en Medellín para las bandas y grupos criminales bajo la premisa de «no repetición, la memoria y el respeto a las víctimas, y las transformaciones urbanas que traigan seguridad humana a la ciudadanía».

Esta primera fase de acercamiento se ha desarrollado en «absoluta discreción» y ha contado «con la participación de testigos internacionales y de actores nacionales, eclesiales y académicos» que seguirán estando implicados en el proceso en su fase pública.

El diálogo con los grupos criminales ha dado pie a informaciones incorrectas sobre compromisos entre las partes, detalló el Alto Comisionado, que aseguró que «las especulaciones sobre promesas de rebajas de penas, de no extradición o de excarcelación de líderes de estructuras armadas carecen de fundamento».

«La paz y la vida digna para Medellín y su área metropolitana es una prioridad para el Gobierno Nacional y su política de paz total», concluyó el organismo.

El Gobierno colombiano ya ha adelantado un proceso similar en Buenaventura (suroeste), principal puerto del país y una de las ciudades más violentas, con las dos bandas que se disputan la ciudad y con quien están dialogando para lograr una paz urbana que se convierta en ejemplo nacional.

También en Quibdó, capital del selvático departamento del Chocó (oeste), dos grupos criminales, dedicados a la extorsión y al narcotráfico, anunciaron el pasado diciembre un cese al fuego, después de lo cual el Gobierno del presidente Gustavo Petro mostró su disposición «a iniciar un proceso de acercamiento» con dichas bandas.




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