La humildad es su sello de presentación. Ana Yzaguirre no se siente actriz todavía y, mucho menos, que está trabajando en su internacionalización, pero ya debutó en las tablas de Uruguay como un primer paso de la concreción de su gran sueño.
Esta joven periodista y publicista venezolana siempre tuvo clara su meta. Desde niña quiso actuar, y esa vena artística la evidenciaba en cada participación que tuvo como bailarina en diferentes agrupaciones carabobeñas.
Pero no fue sino hasta su llegada a Montevideo que se arriesgó a dar el paso. “Mi trayectoria artística es corta, recién empieza, soy estudiante de actuación en la Escuela de Actuación Integral de Diana Bresque en Montevideo, Uruguay”.
Gracias a su destacado desempeño como aprendiz, tuvo la oportunidad de ser parte del elenco de El Holocausto del Amor, una pieza teatral del artista español Santi Senso en la que le ha tocado asumir un gran reto: La improvisación.
“La obra no está ensayada ni tiene papeles específicos. Somos 18 actores en escena desnudándonos, tanto física como emocionalmente, para tratar de hacer esas reflexiones testimoniando sobre nuestras propias vivencias del amor y el desamor”.
Las presentaciones se realizan en el Teatro Sodre, uno de los más importantes de Montevideo, y en el que se expresa sobre tablas una apología al amor, en la que el público tiene mucha participación porque es una obra concebida para la interacción de todos los asistentes.
Constancia y trabajo en equipo
La emoción de Ana es evidente. Alcanzar su sueño la tiene muy contenta y espera seguir desarrollándose satisfactoriamente como actriz, para representar a Carabobo y a Venezuela más allá de las fronteras.
Agradece profundamente a la directora de la escuela en la que se forma, Diana Bresque, “gracias a ella logré debutar antes de lo esperado por mí… Estoy muy contenta, esto acaba de empezar para mí… Es un momento muy grandioso que estoy viviendo”.
Para ella, lo más importante durante su migración es el trabajo en equipo. “Esto ha sido posible por la constancia, la esperanza y la confianza, creer que estamos solos no es real, siempre hay angelitos que la vida te va poniendo alrededor para ayudarte porque los sueños no se deben dejar a un lado, y para alcanzarlos siempre necesitamos de los otros, eso es fundamental”.
