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Foto referencial

Un sueño hecho realidad. Con esas palabras describe Valentina Giuffrida el logro de participar como expositora en la tercera edición de Meninas Madrid Gallery. Su obra, “Grito de Roraima”, se encuentra expuesta en la Plaza Mayor de la capital española, donde permanecerá hasta el próximo 15 de diciembre.

Valentina tiene 21 años y es artista plástico, oriunda de Valencia, Carabobo. Como muchos jóvenes venezolanos, hace dos años decidió emigrar en busca de mejores oportunidades. España fue el destino que eligió como segundo hogar y que ahora es también en el lugar donde ha comenzado a materializar lo que soñaba.

Su pasión por el arte inició cuando apenas era una niña. A sus 10 años inició sus estudios en la Academia de Arte Giovanni Baptista Scalabrini, donde luego trabajó como profesora. Tras graduarse de bachiller, comenzó a estudiar Artes, mención Diseño Gráfico, en la Universidad Arturo Michelena, pero emigró antes de culminar la carrera.

Mientras estuvo en Venezuela se vinculó en la lucha de diversas causas políticas y sociales, siempre a través de expresiones artísticas. En 2017 realizó sus primeras pinturas murales en honor a los ciudadanos asesinados durante las protestas antigubernamentales de ese año y sobre empoderamiento femenino.

En Valencia pintó un mural para recordar a Daniel Queliz, joven universitario asesinado por funcionarios policiales mientras protestaba pacíficamente. Mientras que en Naguanagua, realizó junto al también artista, Olivares, un mural en memoria de Leonardo González, cuya vida fue arrebatada por los cuerpos de seguridad del Estado en una manifestación.

“Lo que más extraño de Venezuela es mi familia, el clima. El calor humano que tiene Venezuela lo extraño muchísimo”, aseveró la joven artista. (Foto cortesía)

El camino hacia Plaza Mayor

Meninas Madrid Gallery es una muestra única y sin precedentes en la que se expone a las icónicas meninas de Velázquez, reinterpretadas mediante grandes esculturas de 1,80 metros, que sirven de lienzo para los artistas seleccionados en cada edición. Este año participan 21 creadores artísticos, entre esos Valentina, junto a personalidades de renombre como la diseñadora Agatha Ruíz de la Prada y la cantante Marta Sánchez.

El proceso de selección para tener hoy una menina expuesta en la Plaza Mayor de Madrid no fue nada fácil, relató la carabobeña. Inicialmente tuvo que plasmar en tres bocetos una propuesta que además de ser estéticamente bella, estuviese vinculada a un concepto que resaltara los valores positivos o una causa social.

Así nació “Grito de Roraima”, que a través de una colorida guacamaya representa a las mujeres de las comunidades indígenas de Venezuela, cuyos derechos humanos son violentados. “Es un grito por todas esas mujeres que no pueden alzar la voz y es un llamado a la acción y a la conciencia de que los que tienen el poder de cambiar esas situaciones”, explicó.

Tras elaborar la propuesta, la envió al equipo de curadores de arte encargado de hacer la sección para la exposición de 2020 y la respuesta fue satisfactoria: quedó seleccionada. Lo siguiente fue pintar la menina, una experiencia que calificó como divertida y retadora.

“Lo disfruté muchísimo porque pude tener la oportunidad de ir al estudio a pintarla, ya que en mi casa no entraba la menina ni siquiera por la puerta, es muy grande”, señaló. “Fue muy divertido ir a comprar las pinturas, el proceso de pintarla, las técnicas (…) tener la disciplina de ir todos los días que tenía disponibles al estudio para poder pintarla fue bonito”.

En total le tomó cinco días completar “Grito de Roraima”, tres días pintándola y dos barnizándola. Son momentos que recuerda con cariño e ilusión porque se demostró a sí misma que el trabajo duro da buenos resultados. “Luego, dos meses después, logré verla en la calle expuesta y para mí fue un sueño hecho realidad”.

Al final de la exhibición todas las obras se van a subastar y la recaudación se va a destinar al Banco de Alimentos. (Foto cortesía)

Más que inmigrantes

“Para mí como inmigrante tener una menina en Madrid es el ejemplo de que no somos de un solo lugar”, dijo. Desde que dejó Venezuela le ha tocado trabajar incluso en otras actividades distintas al arte, pero siempre pensando en sus sueños y con el norte de representar a Venezuela.

Tiene como objetivo no solo ser una buena venezolana, sino también una buena ciudadana para el mundo. “Más allá de que esto le da mucho valor a mi trabajo, como venezolana es una pieza clave para decir que los sueños sí se cumplen y podemos ser más que simple inmigrantes”.

El mensaje de Valentina para los jóvenes venezolanos es claro: Luchar por los sueños con constancia y disciplina, y no rendirse ante las adversidades, sin importar si deciden quedarse en Venezuela o emigrar como ella lo hizo.

“Siempre digo algo muy cierto y es que nacimos para ser victoriosos y no víctimas”, agregó. “Debemos dejar de victimizarnos por la situación en la que estamos y dar el máximo potencial de nosotros para elevar al mundo un mensaje a través de nuestros talentos, pasiones y capacidades”.




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