La agrupación Destellos Central

La inseguridad y la falta de combustible amenazan con acabar con la tradición de las parrandas de Carabobo. Este año, los pocos grupos que salieron se dedicaron a visitar a los amigos más cercanos, para no perder la costumbre, además porque Navidad es sinónimo de parrandas.

Tradicionalmente las agrupaciones de parranda primero visitan a los amigos cercanos y luego se dirigen a otros lugares a complacer a quienes los han invitado para escuchar sus tonadas de aguinaldos.

Deimy Olaizola, de 41 años, es parrandera desde niña en la población de Guaica,  municipio Carlos Arvelo. Su hermano Reinaldo la incluyó en la agrupación Destello Central porque notó su entusiasmo por la actividad.

Deimy se considera parrandera nata, pues esta condición la heredó de su familia. Cuenta que su tío Rafael Rojas tenía un grupo llamado La Flor de Buenos Aires, que inicialmente animó la navidad en la parroquia Negro Primero y después en otras zonas de Valencia.

En el año 1977 su hermano Reinaldo fundó la agrupación Los Chicos del Barrio. En el 84 cambió el nombre a Alma Tropical y en el 97 a Destello Central. Como integrante de esta agrupación se sentía complacida de agradar con sus tonadas a las familias visitadas.

“Nosotros cantamos primero en Guaica, pero después nos íbamos para Güigüe, Valencia, y hasta Maracay fuimos a dar. Ahora no se puede hacer eso, sin gasolina a dónde vamos a ir?”.

Tres discos compactos recogen parte de las creaciones de este grupo. Deimy Olaizola comenta que por la situación económica del país, es muy difícil grabar otro disco, porque eso representa dinero.

Esta aficionada de los grupos de parranda se destaca por la improvisación. Sostiene que fue su madre Reina, quien le enseñó a hacerlo y ahora le sale espontáneo.

Comenta que en las tonadas de aguinaldos es importante saber improvisar, porque no se puede estar repitiendo versos en cada casa que se va. La gente le pide a los parranderos que le canten a alguien en específico y deben hacerlo de inmediato. Con un verso aprendido es difícil hacerlo.

La experta sostiene que las agrupaciones de parranda deben cuidar el mínimo detalle para dejar una buena impresión en sus presentaciones. Por eso es necesario ensayar, verificar que todos los instrumentos estén en buenas condiciones y usar correctamente el uniforme que se lleva. Por lo general todos los años hay uno distinto. También se utiliza un pañuelo sobre los hombros con el nombre del grupo.

Cita que los cantos de villancicos están destinados al Niño Dios, mientras que las tonadas de aguinaldo van dirigidas, además del niño, a la familia, la paz y a otros temas. Es una mezcla de lo religioso y lo pagano.

En cuanto a los instrumentos explica que utilizan tambora, charrasca de macanilla, furruco, maracas regadas, cuatro y guitarra. Es tambora y no tambor, porque lleva dos parches. Algunas agrupaciones de otros estados le han incluido violines, tres, requinto y hasta mandolina. Antes usaban una bandera, pero con el tiempo se eliminó.

En Guaica la población es admiradora de las parrandas. Por eso Deimi Olaizo como no pudo sacar Destello Central, conformó una agrupación infantil llamada Los Lanceritos de Guaica, que le está cantando a los vecinos que lo piden.

Recordó que Juan Villegas, quien por muchos años dirigió a la Verde Clarita, se inició como banderero en La Flor de Buenos Aires.

Pablo Israel Escobar, integrante de las agrupaciones Unión Yagual y Los Dos Colores de Valencia, con más de 20 años de tradición, dijo que este año no pudieron sacar las parrandas por la falta de gasolina y la inseguridad.

Según señaló sólo se reunieron una vez para complacer a un amigo que está enfermo.

Escobar comentó que la cosa para la agrupaciones no está fácil económicamente, pues un juego de cuerdas para guitarra cuesta siete dólares, por lo general siempre se rompen algunas en los toques.

LIMITANTE POR LA COVID

Otra limitante que han tenido este año los grupos de parrandas para su accionar, ha sido la pandemia por la COVID-19. Muchas familias no quieren exponerse a que a sus hogares entren grupos de personas a cantar, por el riesgo de contagio.

Los miembros de los grupos también toman en consideración esta enfermedad y restringen sus presentaciones.

Los miembros de la agrupación Tendederos de Arte de Guacara, dirigida por Yulena Alvarado y Luis Velazquez, han tomado en cuenta esta situación y por eso no realizaron gira este año.

La actividad fue cambiada por un taller de parrandas que se dictó en la academia de música.

Taller sobre parrandas se dictó en Guacara

 

 

 




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