El pianista Harold López-Nussa (Foto Cortesía)

El pianista Harold López-Nussa y el cantante Randy Malcom, del dúo Gente de Zona, acortan la brecha entre el culto jazz y el polémico reguetón con JazzTón, una improbable colaboración musical con video incluido que demuestra que cualquier distancia es salvable si hay talento.

La idea de mezclar jazz con reguetón me venía dando vueltas en la cabeza hacía un tiempo. A mí siempre me han gustado los retos, correr riesgos y salir de la zona de confort, explica López-Nussa a Efe.

El joven virtuoso reconoce que esta fusión es lo que menos esperaban sus seguidores y recordó que aunque el jazz ahora es considerado un género culto, consumido solamente por las élites, cuando surgió era un género popular, para bailar.

Escrita a seis manos la canción combina las armonías más complejas del jazz con la célula rítmica y los coros propios del reguetón. En su composición también participó Ruy López-Nussa, percusionista y hermano de Harold.

Los músicos cubanos juegan con estos elementos, los mueven y adaptan a su gusto hasta crear un tema que lo mismo puede escucharse que bailarse: una mezcla entre dos mundos que puede ser la primera de otras, aventuró el pianista.

JazzTón es la pista más atrevida y rompedora de Te lo dije, un nuevo álbum previsto para lanzarse el próximo 28 de agosto y donde López-Nussa se adentra en el amplio terreno de la música popular latina. El nuevo tema es la carta de presentación y el primero de tres sencillos que saldrán antes de la presentación del disco.

De últimos discos este es al que más empeño le he puesto, estoy muy ansioso por compartirlo con el público, insiste el intérprete, miembro de una conocida familia de músicos y considerado uno de los mejores exponentes del jazz en la isla.

Sin ser un defensor del reguetón en sí, sino de la música hecha con sinceridad y profesionalidad, el pianista y compositor asegura que Randy Malcom, percusionista de formación, fue su primera opción y no solo por la amistad que los une desde que eran estudiantes de música en La Habana.

Randy fue la primera persona en que pensé para hacer esta colaboración, primero por el artista que es, tremendo músico, y además de que representa el reguetón a nivel internacional, es uno de los artistas más fuertes que hay en Cuba, insistió.

Un video picante

A una propuesta atrevida le tocaba una versión audiovisual igualmente provocadora: los artistas firman un pacto con el diablo, en su encarnación más sensual y femenina, que los observa mientras actúan en una casona inundada de misterio y luz roja.

En las partituras se mueven bailarinas con medias de malla y sombrero de copa que combinan pasos de jazz con los movimientos duros del baile urbano.

El concepto del realizador Joseph Ros surgió de la idea de acercar a dos músicos aparentemente tan opuestos y de la polémica que podría surgir entre el público jazzista al ver al pianista virtuoso de pronto involucrado en la música urbana.

El videoclip dirigido por Ros, en su segunda colaboración con López-Nussa, es un corto picante, con elementos reconocibles de los videos de música urbana o incluso dentro del jazz, pero que combinados al final muestran los puntos en común de los dos géneros.

Creo que hay un sentimiento purista alrededor de los géneros y un poco la misión del videoclip es, de una manera pícara y picante, demostrar que esas distancias no existen tanto, subraya el cineasta cubano, que menciona la buena energía alrededor del rodaje, un poco complicado por la ajetreada agenda de los dos artistas.

Arte en pandemia

Voluntariamente confinados como la mayoría de los isleños durante la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, patógeno causante de la enfermedad del COVID-19, López-Nussa y Ros coinciden en lo difícil y complicado de esta pausa en la vida pública, sobre todo para los artistas.

Tuvimos que suspender la gira y posponer el disco, no sabemos cuándo volveremos a tocar en vivo y esto es algo que nos entristece porque de eso dependemos monetariamente y espiritualmente. Los artistas seremos los que más nos demoraremos en volver a la normalidad, tenemos que llenarnos de paciencia, señala el pianista.

La presión y el adaptarse a un nuevo modo de vida han dificultado el desarrollo de proyectos más personales para Ros, quien no obstante confiesa que no ha dejado de trabajar en la edición y postproducción de materiales anteriores.

Al principio surgió el mito de que en el confinamiento los procesos creativos serían más fuertes. En mi caso eso no ha sido cien por ciento real. Es muy difícil crear en estos tiempos. En cierta manera uno lo intenta pero realmente es complicado, confiesa.




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