Luis Alejandro Borrero | @LABC7

lborrero@el-carabobeno.com  

La dulce espera podría culminar. Las babas ya no serán los cómodos inquilinos en los estanques de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales La Mariposa. Las razones de su llegada surgen de la ignominia y el descontrol. Las de su posible salida: otra promesa sobre la recuperación de una instalación clave para la calidad del agua en Carabobo.

El jueves 30 de mayo se hizo público un llamado a concurso internacional de empresas por parte de la Compañía Anónima Hidrológica del Centro (Hidrocentro). El objetivo: recuperar la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de La Mariposa en 48 meses. Esa instalación, abandonada al menos desde mediados de 2015, es la encargada de recoger y depurar las aguas servidas de Valencia, Naguanagua y Libertador. Esos municipios carabobeños concentran 52% de la población del estado para 2016, según el Instituto Nacional de Estadística.

La hidrológica reconoce su propia tropelía. En el informe de licitación se explica que los equipos electromecánicos están en un “alto grado de deterioro”. Por ello se considera una obligación pensar en la reposición de buena parte de ellos. La empresa se refiere a los aireadores: piezas que con un motor y una hélice revuelven los estanques para depurar el agua a través de la disolución de oxígeno. Pero donde ahora solo hay parsimonia y babas.

El Carabobeño demostró en 2015 que la instalación estaba abandonada. Sin vigilancia por las tardes y tomada por el hampa. Delincuentes ingresaban a La Mariposa para sacar los más de 50 aireadores, desmantelarlos y llevarse sus piezas para revenderlas en el mercado negro. Por ejemplo: el cobre. Las piezas quedaban en los patios de la planta como símbolo del desmán oficial. También las plantas eléctricas fueron asediadas y muchas de las piezas importadas se perdieron.

La Mariposa es fundamental. El ingeniero Manuel Pérez Rodríguez explica que una vez que pasa por la planta depuradora, el agua es vertida en el río Paíto. Este, a su vez, es uno de los afluentes naturales del embalse Pao-Cachinche, la principal fuente de agua para los carabobeños. Pero el abandono de La Mariposa hace que sean, prácticamente, aguas negras sin tratamiento lo que llega al embalse, dice el presidente de la Fundación Movimiento por la Calidad del Agua. “En La Mariposa, el agua como entra sale”.

La ampliación de la segunda etapa de La Mariposa debió concluir en 2007. Solo se terminó un módulo, con capacidad para tratar mil 400 litros por segundo (l/s) de aguas residuales. En total la capacidad instalada de la planta es de tres mil 800 litros por segundo (tomando en cuenta ambas fases, I y II) desde su inauguración en 1989.

La Corporación Andina de Fomento (CAF) le aprobó al Estado venezolano 125,5 millones de dólares para la rehabilitación de La Mariposa, como parte de la ejecución de obras en la cuenca del Lago de Valencia. En 2001 la entonces ministra de Ambiente, Ana Elisa Osorio, firmó un contrato por 20 millones de dólares con ese organismo. Los trabajos no fueron culminados, desatando una crisis hídrica en la región.

Una fuente consultada con El Carabobeño, que conoce altamente el funcionamiento de la planta, dijo que sí es posible recuperarla. La ingeniería está para eso: dar respuestas. Lo que se debe hacer es un proceso de reingeniería y conceptualización de La Mariposa. Fue creada para atender una demanda de 800 mil habitantes y la población creció más de 50%.

 

Contrato Vs directiva

La dialéctica oficial choca. El 27 de enero la directiva de Hidrocentro acudió ante la Asamblea Nacional (AN). Luigina Cercio, presidenta de la estatal, aseguró ante los diputados que La Mariposa no estaba parada. Le definió como una “disminución de operaciones”, y que pronto iniciaría el proceso de rehabilitación gracias a contratos internacionales. Desestimó las denuncias sobre la calidad del agua por el abandono, puesto que el agua que sale de La Mariposa tarda en promedio tres meses hasta llegar a la torre toma (captación) del embalse Pao-Cachinche.

Pero el propio llamado a concurso que ha hecho la empresa el martes reconoce que La Mariposa sí está paralizada. En la página 97 se habla de su estructura hermana: la planta depuradora de Los Guayos. Allí se dice que esta planta, al sureste de Valencia “actualmente es la única que está funcionando”, lo que desmiente las declaraciones de Cercio sobre la operatividad de La Mariposa.

El documento de licitación explica que la rehabilitación de las plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) La Mariposa y Los Guayos busca “evitar mayor degradación de la calidad del agua del embalse Pao-Cachinche. La fuente de agua de los carabobeños recibe actualmente cerca de cinco mil 500 l/s de aguas negras por la inoperancia La Mariposa. Para tener una idea: significa un camión cisterna (convencional) cargado de aguas residuales cada dos segundos descargando en el embalse.

 

El nuevo contrato

La nueva licitación consta de 107 páginas. La fecha tope del concurso es el próximo martes 12 de julio a las 10:00 a.m., donde se entregará el contrato a la empresa o consorcio ganador. No se habla de monto de la obra aún, pero sí de una fianza de 63 mil dólares estadounidenses como garantía del sostenimiento de la oferta. Solo una empresa aseguradora con domicilio en Valencia puede ostentar la fianza, según el documento. En caso que la empresa sea venezolana, la fianza será de 630 mil bolívares.

El precio de referencia para el concurso CAI-HC-2016-001 es de cuatro millones de dólares. Las ofertas podrían variar ese precio, explica el documento. La empresa deberá cumplir con compromisos de responsabilidad social, así como el pago de traslado de personal. El impuesto del contrato es de 8% y también prevé una rehabilitación en la planta Los Guayos, que trata las cloacas de la zona industrial de Valencia, San Diego y Los Guayos.

Se espera que, según el concurso abierto, se haga una inspección con los posibles oferentes del contrato de rehabilitación. Está pautada para el 14 de junio. El Carabobeño contactó el jueves a un representante del departamento de contrataciones, quien dijo que por el momento no podía hacer comentarios. Pero se comprometió a aclarar las dudas en los días siguientes.

 

Irresponsabilidad

La Mariposa enfrenta un limbo burocrático. El 15 de diciembre del año pasado el diputado Carlos Lozano, acudió a la sede regional del Ministerio Público. Pidió investigar el abandono de la planta depuradora. Definió el abandono como un crimen de lesa humanidad, al degradar la calidad de agua que llega al embalse Pao-Cachinche y que luego no puede ser potabilizada correctamente. “Es el problema ambiental más complejo de América”.

Se designó un fiscal. El segundo con competencia ambiental en Carabobo: Luis Cordero. Pero no han habido avances sustanciales sobre la investigación, reconoce Lozano. Los artículos 84 y 88 de la Ley Penal del Ambiente especifica que la persona que permita la descarga de aguas no tratadas a un río podría ser encarcelada de uno a cuatro años. Pero en el caso de La Mariposa podría haber más de un cargo que tiene que ver con la corrupción y el delito contra una población entera, refiere. El Carabobeño conoció que dos fiscales nacionales ayudan con la investigación, por ser de “sumo interés” para el Estado determinar qué sucedió con los recursos asignados.

Lozano dijo el jueves vía telefónica que sobre la denuncia no hay mayores avances. “Hidrocentro ha actuado con irresponsabilidad al no aclararnos por qué se abandonó La Mariposa a este punto”. Aseguró no estar en contra del proceso de licitación recién abierto. “Quiero creer en la buena fé de estos funcionarios”. Pero consideró que primero se ha debido dar una explicación, incluso a instancias internacionales como la CAF, qué pasó con el dinero aprobado. “Seguiremos denunciando y esperando respuestas”.

Lozano pide cautela. Dijo que los empresarios e ingenieros venezolanos tienen el talento y la capacidad necesaria para poner en marcha de nuevo La Mariposa. “Hay potencial en la Universidad de Carabobo, en el Centro de Ingenieros. Pido que se les dé prioridad a los técnicos locales”. Se mostró complacido porque, luego de cinco meses y varias denuncias, el Gobierno haya dado una respuesta. “Es retrasado este plan de acción. Pero estamos de acuerdo con se se ejecute”.




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