En relación al origen del nombre de nuestro país, se han planteado diferentes versiones, una de la más conocida, es que proviene de “pequeña Venecia”, por los palafitos de Sinamaica, observados el 24 de agosto de 1499, por Alonso de Ojeda, al descubrir el lago de Maracaibo, quien estuvo acompañado de Juan de la Cosa y Américo Vespucio. Un interesante trabajo investigativo proporcionado por el acucioso historiador, escritor de fina pluma y mejor amigo, Carlos Alarico Gómez, nos abre una ventana para aclarar este tema, basado en las fuentes consultadas.

Los experimentados marinos, mediante contacto con los nativos, que se encontraban en un caserío, ubicado en una pequeña isla llamada VENECI-UELA, nombre registrado por primera vez en el mapa elaborado por Juan de la Cosa en 1499; escrito de acuerdo con la fonética. La autenticidad del mapa fue establecida en 1987 por el “Gabinete de Documentación Técnica del Museo del Prado”, se encuentra en el Museo Naval de Madrid; es por tanto el documento conocido más antiguo del Nuevo Mundo y en él se menciona el nombre del caserío VENECI-UELA, que es el más probable antecedente del nombre de nuestro país; igualmente es mencionada en el libro Suma Geographia, que escribió Martín Fernández de Enciso en 1502, publicado en 1519, “ es el primer impreso donde se habla del Nuevo Mundo”; en su obra refiere que:

“… cerca de la tierra está una peña grande (posiblemente la isla de Toas), que es llana y encima está un lugar o casas de indios que se llama VENECI-UELA.

La fecha y originalidad de los mencionados documentos, han sido científicamente certificadas por expertos españoles, con lo que se deja comprobado que el nombre de Venezuela tiene su origen en fonemas del pueblo paraujano que se comunicaba en idioma Añú.

En relación a los palafitos de Sinamaica, la única similitud con Venecia, es, que algunas casas venecianas están construidas sobre el agua, aun cuando sus estructuras son absolutamente disimiles.

El vocablo Venezziola, resulta extraño en lengua italiana; una expresión más común, sería Piccola Venezia, cuya traducción es “pequeña Venecia” y nunca Venezuela. Esto conduce a la conclusión de que el nombre de nuestra nación, se origina en la lengua de los paraujanos (familia arawac) que quiere decir agua-grande.

El sacerdote español, Antonio Vázquez de Espinoza, que viajó por todo el continente, escribió en su “Compendio y Descripción de las Indias occidentales”, fechado en 1629, indicó lo siguiente: “Venezuela en la lengua natural de aquella tierra, quiere decir agua grande, por la gran laguna de Maracaibo que tiene en su distrito, como quien dice, la provincia de la grande laguna”.

La lectura del libro de Fernández de Enciso, debe haber influido en la Real Cédula que decretó la creación de la Provincia de Venezuela el 27 de marzo de 1528, indicando el aspecto territorial que se encuentre entre “…el Cabo de la Vela o fin de los limites y términos de la dicha Gobernación de Santa Marta hasta Maracapana, con todas las islas que están en dicha costa, encomendadas al factor Juan de Ampies”.

Volviendo al origen de la denominación del nombre de Venezuela, lo de Venecia, en cambio es una tesis peregrina, surgida de comentarios intrascendentes que Américo Vespucio, le escribió a su protector Lorenzo de Medicis, en una carta fechada en Sevilla el 18 de julio de 1500; por lo tanto, se concluye que el topónimo Venezuela es autóctono.

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