Emotivo y significativo pensamiento, que hemos oido y leido a través de muchos años, en diferentes sitios, escritos y discursos.
Era normal en las instalaciones militares, observar estas llamativas palabras.
Llama la atención, no conocer , la verdad verdadera del autor de estas palabras de hondo contenido sentimental y significado, que incita al cumplimiento del deber sin restricciones ni limitantes para derramar la sangre no perdida en aras de los más nobles intereses.
Existen varias versiones, sin indicar la necesaria y verdadera respuesta de la autoría tal como: lugar de emisión, fecha de elaboración, destinatario, documento o fuente.
Leemos que aparecen como autores:
nuestro Libertador, Eduardo Blanco, inclusive algunas palabras del conocido tango «Silencio».
Tambien del valeroso prócer oriental Francisco Carvajal, «El tigre encaramado» , por su audacia como jinete, (llevaba las bridas del caballo en la boca y una lanza en cada mano).
Es también factible, que a través de las tradiciones escritas u orales, transmitidas de generación en generación, se hayan popularizado estas conmovedoras palabras de presunto autor anónimo, que convocan al honor y al más puro sentimiento nacional.
Eumenes Fuguet Borregales.
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